Ficha n°5
El significado de la esclavitud en el marco de la sociedad Atlántica (el caribe) : el papel de los esclavizados y sus estrategias frente a la esclavitud
Temática del articulo: Inédito
Autor(es): Miguel AYERDIS
Categoria: Inédito.
Introducción del articulo: “El negro, que jamás ha sido tan negro como desde que fue dominado por el blanco, cuando decide probar su cultura, hacer cultura, comprende que la historia le impone un terreno preciso, que la historia le indica una vía precisa y que tiene que manifestar una cultura negra”
Frantz Fanon (Los condenados de la tierra)
La esclavitud tal como la han resumido algunos autores, es una forma de relación social de dominación. Esta definición sugiere que han existido otras formas históricas de dominación inventada por el hombre. No obstante, la relación esclava fue una de las más antiguas y crueles impuestas en las relaciones humanas. Herbert S. klein en el capítulo primero de su libro La esclavitud africana en América Latina y el Caribe, hace un resumen histórico de la práctica esclavista desde las sociedades antiguas hasta las modernas y sus diversos usos, demostrando con ello que el concepto de esclavitud ha variado de tiempo en tiempo y de sociedad en sociedad.
Uno de los aspectos que nos atañe en este trabajo es acercarse al significado de la esclavitud visto desde las sociedades Atlántica, concepto que cubre la costa occidental del África, el noroccidente de Europa, el caribe y nordeste americano, visto todo esto como “un mundo integrado”, siguiendo la idea que plantea Thornton. Este autor ve el Atlántico esclavista como un sistema en el que Europa es el centro que hegemoniza las relaciones que se establecen con el resto de áreas integradas y en las cuales cada una de ellas juega un papel esencial en el mismo. En este sentido África –simplificando- será la suplidora de mano de obra y a la vez receptora de mercancía. América sería la receptora fundamental de esa mano de obra que crearía productos comerciales básicamente de primera necesidad con el fin de suplir la creciente demanda europeas y en alguna medida la africana.
Por otro lado, el sistema esclavista desde el punto de vista histórico evolutivo es algo complejo y difícil de explicar de forma simple. El concepto y las prácticas esclavistas difieren sustancialmente tanto de la que se implementó en el África como en América (Lovejoy, Klein, Miller y Thornton). Igualmente, en esas mismas regiones los patrones de esclavitud variaban de una colonia a otra, en dependencia del interés particular de la metrópoli que dominaba dichos territorio (Klein). Lovejoy y Trotman en su artículo Experiencia de vida y expectativas: nociones africanas sobre la esclavitud y la realidad en América dicen:
“desde nuestra perspectiva, una lectura cuidadosa del contexto africano revela que, en América, los esclavos fueron sometidos a formas de opresión marcadamente diferentes de los que generalmente se conocían en las partes del África de donde provenían…Las nociones africanas de la esclavitud contrastan fuertemente con la realidad de la esclavitud racial en América” (p.379-380).
Klein por su parte al referirse a los esclavos africanos utilizados en labores domésticas y otras actividades relacionadas con la agricultura en la Europa medieval y de los inicios del renacimientos, hace una diferenciación de ese “régimen de esclavitud africana de la temprana Edad Media [fundida] en Europa, el cual será sustancialmente distinto del implantado en las plantaciones azucareras portuguesas en las islas atlánticas de Sao Tome y Madeira” (Klein, p. 22-23). Si los esclavos fueron utilizados, en actividades domésticas y urbanas durante esa “proto” experiencia esclava africana en Europa, la Atlántica de exploración y conquista (inicialmente), -y luego de asentamiento- hará que esa concepción y práctica cambie radicalmente con el sistema de plantaciones experimentado por los portugueses, cuyos rasgos fundamentales encontrarán en el Nuevo Mundo un amplios espacios social donde implementarlo y perfeccionarlo (Klein, p.23).
Ahora bien, el concepto y la práctica de la esclavitud, tal como lo han sugerido Lovejoy y Miller, difiere sustancialmente con el apropiado e implementado en América. El primero de estos autores, analiza la sociedad africana a partir del siglo XIV, en su libro Transformations in slavery (A history of slavery in Africa), y encuentra que las diversas sociedades de ese continente, concebían la práctica esclavista de diversas maneras. Para llegar a esta conclusión, este autor toma en cuenta la evolución histórica de las sociedades, la región de ubicación y los rasgos o características culturales particulares que los identifica. Por tanto, -generalizando- se puede decir que existen dos concepciones marcadamente diferentes de esclavización a lo internos de las distintas sociedades africanas, ambas permeadas por su concepción cosmogónica del mundo (religión): la del norte africano, subsahararina, islámica y la del sur occidente, politeístas.
Es importante enfatizar un argumento que cruza transversalmente el estudio de Lovejoy, y es el énfasis de ver la esclavitud como un sistema cuya esencia se fundamente en la violencia, en la compulsión de un grupo dominante sobre otro, independientemente de la región o la época en que se implemente. Es algo inherente al sistema. Se puede decir entonces, como lo señala el autor, que las características del sistema de esclavitud africana, no difieren mucho de la que se implementa en América. Las condiciones para esclavizar a una persona iban desde la captura violenta, el castigo, deuda, trabajo forzado, y el comercio (esclavo como mercancía), lo cual es inherente a todo al sistema esclavista atlántico de la edad media y moderna. Sin embargo, algo que lo diferencia con el sistema esclavista americano, tiene que ver con el interés productivo, es decir para quién o para qué trabaja el esclavo. El sistema productivo africano tenía –si se puede decir- otros fines, reglas de producción y de intercambio comercial. Si bien la privación de derechos implicaba en algunos casos la muerte del esclavo, ya sea por maltrato o por enfermedades, esa no era una condición del sistema. Los musulmanes por ejemplo dice lovejoy esclavizaban a aquellos que no eran de su religión y buscaban como convertirlos a su credo, lo cual implicaba que estos tuvieran la posibilidad de lograr su libertad. Si bien, las enseñanzas islámicas no indicaban la práctica de la esclavitud, estos la ejercieron compulsivamente, a tal grado que fueron de los que más se beneficiaron de este comercio con Europa (p.15-17), no obstante eso:
“La transformación en la esclavitud que acompañó la expansión de la demanda europea de esclavos fue hasta cierto punto independiente del África musulmana. Aunque relativamente separada, [el factor musulmán] introdujo un impacto a la nueva fuerza que modificó la esclavitud en diferentes vías, desde los cambios que habían dado lugar como resultado de la conexión islámica en el norte de la sabana y a lo largo de la costa este africano. No había leyes en la tradición islámicas, ni otras estructuras de práctica islámica esclavista, incluyendo concubinato, eunucos y oficiales político-militares con títulos islámicos. Un importante resultado del comercio europeo fue la consolidación de una distintiva forma no musulmana de esclavitud. La esclavitud en el fondo sufrió una transformación de una estructura marginal de sociedad a una importante institución. Pero en la mayoría de los lugares la esclavitud continuó siendo interpretada en el contexto de una estructura de linaje, y esta es identificada aquí como “esclavitud de linaje” (Lovejoy, p.19).
En el caso del concepto y la práctica de esclavitud que se implantó en el Nuevo Mundo, si bien como se dijo anteriormente, tiene su origen en la experiencia de las colonias portuguesas del Atlántico, esta llegó a perfeccionarse, hasta tener una fisonomía propia. Aunque es importante tener en cuenta que así como en África no existió un modelo esclavista uniforme, y por tanto un concepto único (si se puede decir), en las América, igualmente, este tuvo sus matices o variaciones dependiendo de la región, las condiciones económicas y la metrópoli a la que pertenecían. Lo que si está claro como bien lo dice Rina Cáceres: “para que la esclavitud como sistema operara requirió de un aparato jurídico, y también de una ideología, que la legitimó y justificó y que fue transmitida a todo el conjunto social (Cáceres, p.12). En otras palabras, la esclavitud como práctica existió por la voluntad de los Estados y desapareció cuando estos mismos decidieron –en gran medida- acabar con ellos:
“es evidente que el edificio entero de la esclavitud no podía construirse sin el apoyo del Estado. La propiedad es por naturaleza una institución legal, así como los contratos pueden existir sólo si hay un tribunal capaz de obligar a su cumplimiento. Sin Estado no podía dejar de tener un interés genuino en el funcionamiento global de la peculiar institución, como la llamaban los norteamericanos (Klein, p.125-126).
En general ¿cuáles eran los rasgos que definían la esclavitud? Una aproximación común que abarca tanto a África como América, nos lo dan los autores Lovejoy y Cáceres. El primero, refiriéndose a la experiencia africana dice que: “como institución, la esclavitud compartía las mismas estructuras básicas de todos los tipos de esclavitud: el elemento de propiedad, la identidad foránea (ajena, extranjera), el rol de violencia, y la productividad y explotación sexual” (Lovejoy, p. 19). Por su parte Cáceres, viendo los principios básicos de la esclavitud desde la experiencia americana, coincide en gran parte con el autor anterior al señalar que sus principios básicos eran: “el derecho de propiedad sobre las personas, el derecho de propiedad de los amos sobre los niños, mediante el control de la sexualidad femenina y el uso de la coerción y la violencia” (p. 13).
Un elemento importante que diferencia el concepto de esclavitud de África y el Nuevo Mundo es el racial. Si bien, como dice Lovejoy, los comerciantes musulmanes hacían diferenciaciones a partir de linaje y religión, en América fue esencial el factor racial: “Para los musulmanes la religión era una manera de categorizar a los esclavos. Aquellos recientemente adquiridos eran no usualmente musulmanes…Para los europeos los esclavos eran percibidos como distintos racialmente.” (p.3). Cáceres dice al respecto: “el racismo, con respecto a la población negra, surgió y se consolidó en el marco del lucrativo negocio de compra y venta de trabajadores esclavizados” (p.16).
Durante ese largo tiempo que duró el sistema esclavista en América ¿Cuál fue el papel que jugaron los esclavos en el mismo? Y ¿Cuáles fueron las estrategias de resistencia utilizadas frente a ese sistema opresivo?. Al igual que la definición del concepto de esclavo, se hace muy difícil hablar del papel jugado por estos seres humanos, sin arriesgarse a caer en simplificaciones que más que ayudar a comprender el fenómeno lo pueden complicar. No obstante, apoyándonos en Klein, podemos decir que sin los esclavos el sistema productivo, tanto el de plantaciones como el de extracción de metales preciosos, difícilmente podía constituirse. Parece una perogrullada la anterior afirmación, pero es importante recordar que si bien la esclavitud tuvo su sustento legal, refrendado por las metrópolis, la importancia y magnitud del uso de este recurso difería (en cuanto a concepción y uso práctico) de una metrópoli a otra, o de una región a otra (Klein). En este sentido las colonias del continente americano español, no tuvieron –después de las Leyes Nuevas- como columna vertebral de su sistema productivo la esclavitud, pese a que el sistema se lo permitía (africanos). Aunque se puede discutir las otras formas en que se apoyaba. Las colonias ibéricas esencialmente se apoyaron en la mano de obra indígena. Mientras que en el Caribe, y nordeste del continente americano (Brasil, y las Guayanas) el sistema de plantaciones se basó fundamentalmente en la mano de obra esclava (africana en primer lugar).
Los africanos llevados a América bajo el régimen de esclavitud, ocupaban, en la estructura social, la posición más baja desde el punto de vista jerárquico, se podría decir que eran una clase, cuya identidad estaba dada por el amo a quien servían. No obstante las relaciones sociales construidas entre los esclavos, desde la salida de África, hasta su establecimiento en América, crearon toda una red de solidaridad que fue configurando un tipo de identidad sustentado en la pertenencia a un lugar, a un grupo racial y a una condición social. Aspecto importante pare explicar no sólo el rol jugado en la sociedad colonial de tipo esclavista, sino en sus estrategias de resistencia frente al sistema.
Las relaciones sociales establecidas bajo el régimen esclavista, estaban supeditadas al rol que estos jugaban en el sistema productivo. Al ser la base de la producción material sobre la cual descansaba el sistema, los esclavos permeaban de alguna manera todas las esferas de la vida colonial. Algunos autores, además de Klein (quien lo grafica con gran detalle) David Geggus y Rebeca J. Scott (en alguna medida) explican y ejemplifican la variedad y complejidad de actividades en las que estaban involucrados los esclavos y los negros libre (sin igualdad de derechos con respecto a los blancos). Pese a que en el Caribe imperó el sistema de plantaciones, en ellas se desarrollaron otras formas productivas, tanto de autoconsumo como para la exportación.
Por otro lado, si bien es cierto –tal como lo señala Klein- el número de esclavos involucrados en actividades urbanas, fue menor en el Caribe, con respecto a los de la América continental, estos tuvieron significativa presencia en actividades domésticas, comerciales y artesanales alrededor de los centros urbanos importantes. Bárbara J. Scott en su estudio “Explain abolition: contradiction, adaptation, and challenge in Cuba slave society, 1860-86” va más allá al señalar que en la medida en que estos esclavos vivían en las áreas urbanas las posibilidades de alcanzar su libertad eran mayores: “La Habana era la provincia que en 1862 contenía la mayor área urbana de esclavos viviendo en la ciudad (cerca de 250 000) donde la esclavitud declinó más rápidamente” (p.457).
Por tanto las estrategias de resistencias que desarrollaron a lo largo de los más de tres siglos que pervivió el sistema esclavista fueron múltiples y variadas. Comenzando con las identidades creadas social y culturalmente que los identificaba con un grupo racial, una lengua común, una cosmogonía sustentada en un sincretismo espiritual, pasando por las prácticas de aculturación, hasta las formas físicas de rechazo al sistema. Entre estas últimas se pueden mencionar las rebeliones y el cimarronaje, cuyas expresiones tuvieron grandes repercusiones en la caída del sistema, en contraposición a la teoría del “declive de la economía de plantación” de Eric William y del “humanitarismo” de William Darity Jr.
En cuanto a las estrategias de resistencia, es bueno recordar algunas mencionadas por algunos autores como Humphrey E. Lamur quien refiriéndose a la experiencia religiosa en las plantaciones de Surinam, hace ver como los esclavos, pese a mantener un fuerte sustento espiritual de origen africano el cual cultivan de una forma discreta, y la resistencia de los plantadores a la conversión de estos al cristianismo por miedo a que a través de ella logren alcanzar su manumisión (libertad). Por otro lado, el elemento sincrético fue otra forma de resistencia ya que como dice Klein :“algunas características de la cultura de los esclavos fueron comunes a todas las sociedades donde vivieron en el Nuevo Mundo; otras fueron propias de las latinoamericanas. En Cuba, Haití y Brasil, durante la esclavitud se desarrollaron, a partir de prácticas prohibidas, grandes movimientos religiosos de carácter sincréticos” ( Klein, p. 108).
El cimarronaje fue otra forma de resistencia violenta a la esclavitud, llegando ser una de las expresiones que contribuyeron a socavar el sistema. Desde la “petit marronage” hasta el “grand marronage”, las cuales constituían comunidades de fugitivos, muchas de ellas llegando a convertirse en grandes polos sociales y económicos como los famosos quilombos brasileños de Palmares y el Reino de Ambrosio o Quilombo Grande, esta última albergó a casi 10 000 fugitivos (Klein, p.128):
Como conclusión, podemos decir que las revueltas y cimarronaje como formas de resistencia a la esclavitud fueron las más visibles y a la que los historiadores y otros estudiosos le han dando más énfasis para referirse al declive o finalización del sistema esclavista en América. Sin embargo, es importante destacar que las expresiones culturales y religiosas también contribuyeron a socavarlo de una manera silenciosa y sistemática. De hecho las revueltas fueron los recursos últimos de “hombres y mujeres desesperados ante los abusos de la esclavitud”:
“La reacción contra la esclavitud era instintiva, fundada en sentimientos universales de humanidad y de justicia. En ciertas oportunidades, sin embargo, las revueltas arrancaron de diferencias religiosas y se fundaron en complicadas cosmologías, a menudo con tintes milenaristas (Klein, p.131)
El Dorado 01/11/2003
Bibliografía citada
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-Carrington, Selwyn, The State of the Debate on the Role of Capitalism in the Ending of the Slave System, en: Beckles y Shepherd (editors) Caribbean slave society and economy: a student reader, 1991, pp. 435-445
-Fanon, Frantz, Los condenados de la tierra, México, Fondo de Cultura Económica, 3ra., reimpresión, 1972, 292pp.
-Geggus David, The Haitian Revolution, en: Beckles y Shepherd (editors) Caribbean slave society and economy: a student reader, 1991, pp. 403-418
-Klein, Herbert S., La esclavitud Africana en América Latina y el Caribe, Madrid, Alianza Editorial, S. A., 1986, 189p.
- Lamur, Humprey E., Slave Religion on the Vossenburg Plantation (Suriname) and Missionaries´ Reaction, en: Beckles y Shepherd (editors) Caribbean slave society and economy: a student reader, 1991, pp. 287-294
-Lovejoy, Paul E., et. Al., Experiencias de vida y expectativas: nociones africanas sobre la esclavitud y la realidad en América, en: Rina Cáceres (Comp.) Rutas de la esclavitud en África y América Latina, 2001, pp. 379-403
---------------- Transformations in slavery (a history of slavery in Africa), Cambridge, 5ta. Reimpresión, Cambridge University Press, 1997, ?pp
-Miller, Joseph C., Central Africa During the Era of the Slave Trade, c 1490s-1850s, en: Linda M. Heywood (editora), Cambridge, Cambridge University Press, 2002, ?pp
-Scott, Rebeca J., Explaining Abolition: Contradiction, Adaptation, and Challenge in Cuban Slave Society, 1860-86, en: Beckles y Shepherd (editors) Caribbean slave society and economy: a student reader, 1991, pp. 454-471
-Thornton, John, Africa and Africans in the making of the world, 1400-1800, Cambridge University Press, 1999, p?