Ficha n°125
ORTIZ DE LETONA, Manuel
Cargo: Cura Rector del Sagrario de Santiago Guatemala.
Nació: 24 de mayo de 1701, en Santiago Guatemala.
Murió: 8 de mayo de 1769, en Santiago Guatemala.
Padres: Don Pedro Juan Ortiz de Letona y García, oriundo de Villa Real en la Provincia de Álava, y de doña Bárbara Javiera de Sierra y Rebolorio (1671-1734). Sus abuelos paternos fueron don Francisco Ortiz de Letona y de doña Isabel García de Letona. Sus bisabuelos maternos fueron Baltasar de Sierra y doña Catalina de Rebolorio..
Resumen: Su padre obtuvo el puesto de alcalde mayor de las provincias de Atitlán y Tecpanitlán en la Ciudad Real de Chiapa. Ignoramos la fecha exacta de su nombramiento y la de su llegada al Reino. Se casó en Santiago Guatemala en agosto de 1695 con Bárbara de Sierra y tuvo con ella 11 niños (entre 1696 y 1708). Esta alianza lo iba a ubicar definitivamente entre los grupos de poder de Santiago de Guatemala. De su extensa familia destacan dos hijos, cuyos casamientos fueron muy provechosos, desde el punto de vista del capital social: Pedro Baltasar se casó con Manuela de Rivera y Santa Cruz, hija del Presidente de la Real Audiencia de Guadalajara, 1724-1727; y Pedro Antonio quien se unió con Ana Fernández de Córdova.
Una de las hermanas de Manuel fue religiosa en el prestigioso convento de la Concepción de Guatemala. Sabemos que la Audiencia de Guatemala lo nombró Justicia Mayor, en 1709. Su hermano José Ignacio, —quien seguramente fue el menor de la familia— redactó su testamento ante el notario Manuel Monzón, en 1758, cuando ya era doctor en Teología y miembro del cabildo eclesiástico desde 1738.
El tercer hijo de la familia, Manuel, siguió las clases del Seminario de Nuestra Señora de la Asunción durante más de 9 años. En 1721 se graduó de bachiller en Filosofía, y más tarde recibió el título de doctor en Teología. Entre 1722 y 1726 fue profesor de Gramática en el mismo colegio donde se había formado. Fue ordenado presbítero en 1726 y luego obtuvo, en concurso de oposición, la parroquia de San Juan Opico, en la Provincia de San Salvador donde permaneció más de cinco años. En septiembre de 1732, obtuvo el servicio de la parroquia de Los Remedios. Siete años después, fue promovido al prestigioso puesto de cura rector del Sagrario. No estuvo satisfecho este puesto, sino que hizo todo lo posible para ingresar en el cabildo eclesiástico de la ciudad. Según una carta de este cabildo envió al Rey, se le denegó dos veces el ingreso a esta exclusiva corporación eclesiástica, en agosto y septiembre de 1751, porque no cumplía con las obligaciones de cura. Las rivalidades internas explican este rechazo, a pesar de haber tenido, en el cabildo eclesiástico, un apoyo importante puesto que su hermano José Ignacio formaba parte de aquel cuerpo. Las cartas de algunos miembros del cabildo eclesiástico y del Capitán General fueron muy criticas. Lo denunciaron de falta de respeto hacia las obligaciones de su cargo, en particular de no residir en la parroquia.
Hemos localizado una carta, fechada de 1768, en que Manuel Ortiz presenta una genealogía completa donde sobresale un vínculo de parentesco con Jorge de Alvarado, hermano del conquistador Pedro de Alvarado: por la línea Materna, soy nieto de Don Balthasar de Zierra, Regidor de esta Ciudad, y de doña Catharina Alvares de Rebolorio su legitima muger, y viz nieto de Luis de Zierra, y Doña Feliciana Guerrero su muger, y don Don Fernandes Alvares de Rebolorio, que fue Alcalde Ordinario de esta Ciudad, y Regidor de ella, y de Doña Maria Carranza de Giron, su muger, hija esta de Don Geronimo Sancho de Carranza, y de Doña Magdalena Giron, y Alvarado su muger, y Nieta de Geronimo de Carranza, y Pedro Giron de Alvarado, y Francisco Manuel Vis abuelo, y tatarabuelo de dicha Doña Maria Carranza y Giron, por via materna; y Gorge de Alvarado, asi mismo su tatarabuelo, fueron de los primeros conquistadores de la Nueva España, habiendo servido el dicho Gorge de Alvarado, en compania de su hermano el Adelantado don Pedro de Alvarado, quien fue el segundo Governador, y Capitan General de este Reyno... »