Ficha n°57
ALVAREZ DE CASTRO SORIA Y XIMENEZ DE LA CERDA, Fernando
Cargo: Oidor de la Real Audiencia de Guatemala 1741-1745.
Caso: el 15 de agosto de 1714 en Granada con Teresa Florentina Vives Bussia.
Nació: bautizado el 14 de julio de 1695 en Granada/España.
Murió: el 22 de noviembre de 1745 en Comayagua/Honduras.
Padres: Pedro Alvarez de Castro y Soria y Sánchez de la Peña, Alcalde Mayor de Vera, y Francisca Ximénez de la Cerda y Sevilla.
Resumen: La ciudad andaluza de Granada fue la cuna de este oidor de la Real Audiencia de Guatemala, porque nació allí en 1695 como hijo del Alcalde Mayor de Vera don Pedro Alvarez de Castro Soria y Sánchez de la Peña y su esposa Francisca Ximénez de la Cerda y Sevilla. Sobre su juventud se sabe muy poco, solamente que entró en la Universidad de Granada. En 1714 se casó en la misma ciudad con Teresa Florentina Vives Bussia, natural de Osuna, con que procreó tres hijos. Después de graduarse como licenciado fue recibido como abogado de la Real Chancillería de Granada en 1721 y se le encargó varias comisiones en los siguientes años, que ejecutó con rectitud. Atendiendo su eficencia fue nombrado en noviembre de 1725 Gobernador y Alcalde Mayor de las Villas de Polop, Benidorm y Lugares de Chirles, y la Nucia en el Reino de Valencia. 5 años ejerció este cargo, fue declarado absuelto de cargos en su juicio de residencia. Por su buen encargo el Rey le subió a Alcalde Mayor, Teniente de Corregidor y Asesor General de la Intendencia de la ciudad y reino de Murcia, cargo que tomó posesión en julio de 1731. Otra vez su actuación no dejó espacio para reclamos y por estos años su nombre empezó a aparecer en las ternas para nombramientos en las Indias, entre otros como Teniente Gobernador y Auditor de Guerra de Caracas o Fiscal de la Audiencia de Lima. Finalmente el 18 de febrero de 1739 recibió su nombramiento como Oidor de la Real Audiencia de Guatemala, pero se detuvo algún tiempo en España. Antes de zarpar para las tierras americanas arregló su testamento en Cádiz en diciembre de 1740 y con dos criados –uno de ellos fue José Angel de Toledo y Vale, más tarde Alcalde Mayor de Chiapas- emprendió el largo viaje hacia América Central. Llegó a Guatemala en julio de 1741 y tomó posesión de su asiento el 17 del mismo mes. La Audiencia se compuso en aquel año solamente de tres oidores que desempeñaron sus cargos desde muchos años, los mexicanos Tomás Ignacio de Arana y José Nicolás de Rodezno Manzolo y Rebolledo desde 1711 y el español Francisco Orozco Manrique de Lara desde 1725. Ellos se encontraron en oposición al Fiscal Diego Holgado de Guzmán y el nuevo Capitán General Tomás de Rivera y Santa Cruz y Andújar quien tomó posesión en octubre de 1742. Alvarez de Castro se unió a este último grupo mencionado y en recompensa por su fieldad Rivera y Santa Cruz le encargó varias comisiones. El hijo del oidor Arana, Tomás Hermenegildo Arana y Valle, desempeñó desde 1742 el cargo de gobernador de Honduras y en marzo de 1745 Rivera y Santa Cruz aprovechó la oportunidad para perjudicar al viejo oidor, cuando conferió a Alvarez de Castro la misión de investigar el comercio ilícito en Honduras y la complicidad del gobernador en este contrabandismo. Apenas llegado a Comayagua en abril del mismo año encontró las pocas simpatias hacia el gobernador y empezó a dar una serie de disposiciones y ordenó la salida de Arana hacia Esquipulas, aunque era prohibido por ley que se hiciese salir del lugar. Aún más, Alvarez de Castro le quería sacar de su asilo en la iglesia principal de Comayagua y pidió al canónigo la extradicción del infeliz gobernador, lo que éste negó rotundamente. Parece que los motivos de Alvarez de Castro no fueron justificados por las actuaciones del gobernador, sino con el apoyo del Capitán General Rivera y Santa Cruz quiso establecer un ejemplo en contra de la familia Arana, tanto padre (el oidor) como hijo (el gobernador). Sin embargo al poco tiempo se enfermó y apenas 6 meses después de su llegada a Honduras murió el 22 de noviembre de 1745 en Comayagua.
