Ficha n°6
MARTINEZ Y WALLOP, don Bernardo
Cargo: Canónigo de la Catedral de Guatemala.
Nació: 1769 en La Habana, Cuba, Guatemala.
Murió: 1841 en la Ciudad de Guatemala.
Padres: Don Bernardo Martínez de Sotomayor, Oficial segundo de la contaduria Mayor de cuentas (1772), Administrador interino de la administración de Alcabalas de la Intendencia de San Salvador (1777-1779), Administrador General de Alcabalas (1779 - 1805), Intendante interinario de San Salvador (1779)y de doña Teresa Wallop y Montañez hija de Don Tomas Antonio Wallop..
Resumen: Don Bernardo Martínez y Wallop fue sin duda alguna una de las figuras más destacadas de la vida eclesiástica a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX. Nació en la Habana en 1769 y salió de la Isla, acompañado de su hermano Francisco, para seguir a su padre, nombrado para servir en un puesto administrativo en la provincia salvadoreña. Parece que se quedó como familiar del arzobispo don Cayetano Francos y Monroy.
Martínez hizo una carrera clásica muy completa, que hizo de él la persona más diplomada de todo el Reino de Guatemala. Estudió latin y siguió cursos de letras en la Universidad. Luego de cuatro años de estudio, se graduó como bachiller en Filosofía en 1783. En agosto de 1791 era licenciado en Teología. Siguió sus estudios, porque en 1792 la Universidad San Carlos le otorgó un nuevo bachillerato en derecho canónigo. Logró obtener la cátedra en sagradas órdenes. Prueba de su influencia creciente en la sociedad local, el claustro lo nombró diputado de la hacienda universitaria. Fue procurador durante cinco años, y según la relación de sus méritos y servicios, dió toda satisfacción al juez eclesiástico. Fue también Notario y Expurgador de la Inquisición. Después obtuvo un puesto mucho más relevante, cuando fue nombrado en 1795 juez visitador ordinario de testamento, capellanías y obras pías. Parece que su afán de prestigio no tenía límites. Cansado de los puestos subalternos que había aceptado hasta entonces, se decidió a redactar un poder que dió a Pedro Pablo Bañuelos, comisario de Guerra del Ejercito en España, después a José Ramón Alegre, teniente de chanciller mayor del real sello de Castilla, y por fin a su hermano Joaquín, quien residía en Madrid en 1803. Mientras tanto, por fallecimiento de Benito Monzón fue nombrado cura del Sagrario en la nueva Ciudad de Guatemala. No tenía 30 años ! En 1798 había terminado sus estudios y era doctor en teología y en derecho civil. Todas sus acciones nos conducen a los centros de poder de la sociedad colonial. Por ejemplo, se había registrado entre los miembros de la Sociedad de los Amigos del País y los miembros del claustro de la Universidad lo habían elegido como rector. En estos años aparece por primera vez su hermano Francisco, quien le dió un poder especial para defender sus pretensiones ante las autoridades diocesanas. En 1799 servía al obispo de Nicaragua Caso Huerta para la inspección general de la diócesis. Su notoriedad lo hacía entonces el candidato ideal para el puesto de Comisario del Santo Oficio, que estaba libre tras el fallecimiento del anterior encargado. En 1815 sus esfuerzos en Madrid habían rendido sus frutos porque era tesorero del cabildo eclesiástico. Otorgaba entonces una escritura de codicilio para doña María Manuela Martínez (seguramente su hermana) quien había fallecido en diciembre y que estaba casada con el comerciante español Francisco Panero. Dos años después estuvo involucrado en el asunto de las llagas de la carmelita Sor María Teresa y Aycinena, y los distintos testimonios de archivo y las declaraciones de Lorenzo Montufar revelan que sus relaciones con el arzobispo don Ramón Casaus y Torres eran muy difíciles. El conflicto se abrió completamente en vísperas de la Independencia, cuando el arzobispo tomó la decisión de remover de su curato de Chalatenango a su hermano Francisco. Queda por aclarar con fineza su papel en la época de la Federación centroamericana porque, a pesar de sus convicciones políticas bastante conservadoras, los liberales no cuestionaron su acción política durante el régimen liderado por los Aycinena. En julio de 1831, cuando era dean del cabildo eclesiástico, fue comisionado para traducir un código por parte de la Asamblea Nacional de Guatemala. Hasta su fallecimiento en 1841, parece que adoptó posiciones de prudencia política y tuvo que dar mucho de su tiempo a un ruidoso pleito civil con la pudiente familia Andreu.