Ficha n°60
CLA Y MAULL, Blas José de
Cargo: Canónigo de la Iglesia Metropolitana de Guatemala (1793-1805).
Nació: en octubre de 1738, en la villa de Tamarite (España).
Murió: el 4 de mayo de 1806, en la Nueva Guatemala.
Padres: Hijo de Don Juan Cla y de doña Teresa Maull.
Resumen: Natural de la villa de Tamarite en el Reino de Aragón (Obispado de Lérida), Blas José de Cla, es el arquetipo de estos españoles que buscaron en América un destino diferente y una oportunidad de superación social y que supieron, poco a poco, construir una verdadera carrera dentro de la institución eclesiástica tomando un papel especialmente importante en el terreno de la actividad judicial.
Su relación de méritos y servicios nos habla de sus padres, una familia “honrada, viejos cristianos y limpios de toda mala raza”, lo que implica seguramente un rango social bastante modesto. Su carrera empezó en la ciudad de Calatayud donde cursó filosofía y pasó después a la Universidad de Zaragoza, donde permaneció por casi cuatro años, según parece, sin obtener ningún título. Cuando supo que don Antonio Macarulla salía a servir el Obispado de Honduras —alrededor de 1767— lo persuadió para que lo llevara como su secretario. Su experiencia americana empezaba y iba durar hasta su fallecimiento. Bajo la protección del obispo mencionado, obtuvo rápidamente el primer lugar en la terna para el curato de San Juan Ojojona (fue presentado por el real patrono en marzo de 1771). Se mantuvo un tiempo allí, pero el clima caluroso de la diócesis no le sentó bien, por lo cual obtuvo del obispo, don Francisco Joseph de Palencia, el permiso de pasar al arzobispado de Guatemala para servir el curato vacante de Escuintla, en 1775. Se quedó en esta parroquia hasta el año de 1793 como Vicario Foráneo y Juez de su jurisdicción donde hizo prueba de una gran habilidad. Después fue nombrado Comisario del Santo Oficio y Subdelegado de la Santa Cruzada de aquel mismo pueblo.
No tenía tres años de estar en el pueblo de Escuintla cuando llegó a la Audiencia una queja en su contra, presentada por los indígenas de este pueblo. Según los indígenas Blas José de Cla percibía una cantidad enorme de contribuciones. Percibía cada semana 4 pesos y 2 reales, para su comida. Ganaba así 221 pesos cada año. Además, según el informe de los indígenas, Blas José de Cla violaba un edicto de Cortes y Larraz, porque en octubre de 1774 forzó a los indígenas a festejar un guachival, amenazándolos con acciones represivas violentas si no pagaban los derechos de la fiesta. Según el testimonio de los indígenas, tenía a su servicio ¡dos oficiales, tres suboficiales de policía, cuatro hombres encargados de realizar diversas tareas, cuatro carpinteros, dos molineros, dos porteros, dos albañiles y un cocinero! Al fin, el fiscal de la Real Audiencia dio toda la razón a los indígenas. El curato mencionado producía anualmente 2361 pesos, por tanto su estipendio era “suficiente y aun excesiva, para la manutención de un sacerdote con la decencia que corresponde”. Aun más, el mismo fiscal fue de la opinión de suspender el pago del sínodo por el perjuicio constatado a los indígenas, pero el Rey desaprobó esta providencia.
Se sabe muy poco de sus amistades. Fue vinculado con la familia Izaguirre porque apadrinó, en 1783, a Juana María, hija de Juan Miguel y Ana Jacoba Bedoya. Aunque sería necesario contar con más datos para verificar la presencia, en Centroamérica, de más familiares suyos; de hecho encontramos a finales del siglo dos parientes, Pedro José Cla y Puyol, y un sobrino, el presbítero José Puyol y Peralta, cura de Ocotepeque en la diócesis de Comayagua y oriundo también de la villa de Tamarite. Otro detalle interesante es que la hermana de Pedro José Cla era Manuela Martínez, lo que podría vincularla con el canónigo Bernardo Martínez, quien fue el encargado de la ejecución del testamento de Blas José de Cla.
Cuando el arzobispo Cayetano Francos y Monroy hizo su visita pastoral fue bien notoria su figura, y tras 23 años de servicio en los curatos centroamericanos, el Rey, a consulta de la Cámara de Indias, lo presentó para una Canonjía de Merced, vacante por promoción del Licenciado don Ambrosio Llano a la Dignidad de Tesorero (1793).
Fue también prepósito de la Congregación de San Felipe Neri y se encargó de recaudar algunos fondos. En abril de 1805, dejó un poder para testar, ante notario, al doctor Bernardo Martínez cura del Sagrario. Tras su fallecimiento fue hecho un inventario de sus bienes: tenía 2996 pesos y seis zurrones de añil del pueblo de Zacapa, remitidos por Manuel José Pavón. Todos sus bienes fueron almonedados.