Ficha n°82
PERDOMO Y CORNEJO, Ignacio
Cargo: Cura de Ahuachapán.
Nació: en la villa de San Vicente.
Murió: Se ignora.
Padres: Don Manuel Perdomo y Doña Nicolasa Cornejo.
Resumen: Aunque los datos sobre su familia de origen son escasos se puede decir que el grupo pertenecía, sin mucha duda, a los añileros de la villa de San Vicente. Además de este parentesco por el lado materno con la familia Cornejo —que lo vincula con la figura del jefe de estado de San Salvador, José Maria Cornejo, entre 1829-1832— se sabe que existía una relación con la familia Quintanilla los cuales estaban emparentados con la pudiente familia Cañas.
Ignacio Perdomo ingresó al Seminario Tridentino de la ciudad de Guatemala el 9 de mayo de 1785 y salió el 6 de noviembre de 1794. Según su expediente de ordenaciones conservado en el archivo de la curia diocesana de la ciudad de Guatemala, fue ordenado presbítero el 17 de enero de 1796. Durante el tiempo de su formación, otorgó un poder ante notario pidiendo a don Felipe Barraza, síndico de la villa de San Vicente de Austria, representar su persona, derechos y acciones para cobrar de Cristobal Navarro 400 pesos que le adeudaba de dos años cumplidos de réditos de 4000 pesos, de un principal impuesto sobre su hacienda nombrada "Huajoyo". Esta relación con la familia Barraza se estrechaba por otros lazos. Una monja del prestigioso monasterio de Concepción era hija de Petrona Perdomo y de Martín Barraza.
En diciembre de 1802 se le otorgaron el título de cura de Santa Catalina Usulután al cual renunció en septiembre de 1805 por razones que ignoramos, y lo volvemos a encontrar en 1823 como cura de la recién títulada villa de Ahuachapán, en la región salvadoreña. Este pueblo formó parte el departamento de Sonsonate despuès de la división de aquel territorio en cuatro departamentos, en 1824.
En esta época las divisiones internas de las elites salvadoreñas se manifestaron ruidosamente cuando el 24 de abril de 1825, José Matías Delgado empezó a gobernar la diócesis de San Salvador instituida por los diputados de aquel estado. Ignacio Perdomo se opuso enérgicamente y nunca aceptó dejar su curato de Ahuachapán por lo que fue expulsado por la fuerza. En 1827, en una carta dirigida al arzobispo de Guatemala decía : "(...) siendo legitimo padre de aquel beneficio me he ayado retirado de aquel beneficio por causas politicas y por la fuerza del intruso obispo Delgado, en tales circunstancias se constituyo Cura el Doctor Ysidro Menendez el que se haya con esta de Guatemala y de quien demando los emolumentos de mi parroquia ya sean integros ya por tercia parte segun juzgue y deba satisfacerme obligandosele al Menendez con fianza a safistacion de la secretaria que permanecera en esta de Guatemala hasta concluida esta demanda".
En otra carta firmada también 1827, Ignacio Perdomo nos habla de una comisión "(...)que en obsequio de la obedencia al legitimo prelado metropolitano, fue a cumplir al pueblo o ciudad de Santa Ana contra el Pbro Juan Calderon, que se hallaba Parroco en exercicio de orden y autoridad del Gefe de Estado de San Salvador". Allí fue aprehendido, conducido de cárcel en cárcel hasta llegar a la cárcel pública y general de San Salvador; sufrió estos padecimientos desde el 14 de julio de 1825 hasta el nueve de abril de 1826, cuando concluyó su destierro en el pueblo de Ocotepeque del Estado de Comayagua, pasando por cárceles, bien escoltado desde la de San Salvador a las de Tonacatepeque, Guayabal, Suchitoto, Chalatenango donde por fin lo pusieron libre!
Durante este período, Ignacio Perdomo multiplicaba las cartas de quejas denunciando la colusión de intereses entre el padre Isidro Menéndez y Manuel José Arce que lo mantenia alejado de su provincia natal : "El Menendez ocurrio al Arce y Arce encargo a Sosa oficiara a U como provisor me impidiera ir a una parroquia, pensamiento que nunca tuve, ni tengo como el tiempo lo acreditara. No contento con esto sedujo al alcalde primero departamental de Ahuachapan Juan Antonio Perez librase ordenes me apresaran los alcaldes y condujeran a las carceles de Ahuachapan, tuve previo aviso, fugue sobre los altos de Chingo a pasar dias de anachoreta, ceso la persecucion por reconvecion que hice al alcalde Perez que no pensaba pertubrar la possesion parroquial del Menendez y que si me queria por enemigo sabia yo donde y como tenia sus posessiones que quedaria mendigante". En octubre de 1828, Perdomo se mantenia firme en sus posiciones convencido que Delgado era un obispo intruso y se habia instalado en el pueblo de Mita. Estaba convaleciente, se sentia débil y sin fuerza, sin embargo solicitó el permiso para decir misa en su casa de campo donde residía. Ignoramos dónde y cuándo murió.