Ficha n° 1149
Creada: 20 julio 2006Editada: 20 julio 2006
Modificada: 17 junio 2011
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Autor de la ficha:
Christophe BELAUBREPublicado en:
ISSN 1954-3891CASTRILLO, José Víctor
- Palabras claves :
- Conjuración, Belen, independencia
- Cargo o principal ocupación:
- Fraile de la orden de la Merced en Guatemala
- Nació:
- Segunda mitad del siglo XVIII
- Murió:
- Primera mitad del siglo XIX
- Padres:
-
1Se ignoran
- Resumen:
-
1Es bien conocido que la Capitanía General de Guatemala no vivió las escenas de guerra que asolaron el vecino virreinato de Nueva España tras el famoso “Grito de Dolores”; sin embargo esto no quiere decir que no haya existido en el Reino conatos de acciones rebeldes. Resulta difícil medir el alcance de esas expresiones así como determinar si recibieron algún apoyo popular. Por otra parte estas acciones fueron fomentadas por algunos dirigentes que encontraron respaldo por parte de algunos sectores de la élite. Claro que cuando se trató por estos mismos sectores de escoger entre el partido rebelde y las posiciones defendidas por el grupo de poder de los Aycinena, aliado al conato liderado por el Capitán General Bustamante y el arzobispo Ramón Casaus y Torres , estos dirigentes rebeldes se encontraron solos.
2Entre las figuras más politizadas y conocidas se encontraba el sacerdote Tomás Ruiz , que encabezaba un grupo que se hizo conocer luego de la famosa conjuración de Belén , descubierta el 21 de diciembre de 1813. Sin entrar en un análisis detallado, podemos notar que este grupo estaba formado por muchos sacerdotes que supieron utilizar su condición de presbíteros para convencer a los demás sectores sociales de la ciudad de que la decisión de rebelarse era apoyada por Dios. Además del doctor Ruiz, los más comprometidos fueron los frailes de la orden de Belén Juan de la Concepción y Manuel de San José, y los mercedarios Benito Miguelena y nuestro José Víctor Castrillo. Junto con este grupo de presbíteros, don José Francisco Barrundia, Alférez de Dragones y regidor del ayuntamiento, y don Joaquín Yúdice y Croquer, teniente de Dragones, eran los únicos que evidentemente pertenecían a los grupos criollos más influyentes de la ciudad. Los otros, Felipe Castro, Rafael Aranzamendi, Andrés Dardon, Mariano y Cayetano Bedoya, Manuel Ibarra, José Ruiz, Manuel Tot, Francisco Montiel, José Venancio López, formaban un grupo heteróclito bastante representativo de la sociedad colonial en su conjunto. El doctor Pedro Molina fue citado también como posible simpatizante del grupo, aunque no fue requerido por la justicia real.
3Entre ellos, el fraile José Víctor Castrillo era quizás uno de los más desconocidos y más activos políticamente…uno de los pocos ideólogos de la Capitanía que estaban convencidos en 1812 de su condición política de sometimiento, y de la necesidad de expulsar a los españoles para que los criollos tomasen su destino en sus propias manos. Infelizmente no podemos analizar con más detalle su pensamiento político, puesto que no hemos podido todavía localizar escritos personales o panfletos. Su condición social nos conduce posiblemente a los sectores criollos menos favorecidos o quizás hasta los grupos ladinos del país. Junto con Ruiz, Barrundia y Yudice, Castrillo escapó a la sentencia según la cual, por el hecho de ser “hidalgos”, lo condenaba al garrote libre, el cual consistía en estrangular al reo con un arco de hierro. Existía en la capital en 1811 un denominado Félix Castrillo que formaba parte de la junta de Caridad del Hospital de San Juan de Dios, pero ignoramos si eran parientes. La familia Castrillo aparece también en Nicaragua y sabemos que los frailes Campos Diez y Castrillo tuvieron algunos contactos en esta región en los años que precedieron a la conjuración de Belén. Todo esto sigue siendo un campo abierto para la investigación, y esperamos que los numerosos genealogistas que traban en Guatemala nos puedan ayudar en el futuro a ubicar mejor a estos protagonistas de la vida política centroamericana.
4En diciembre de 1819 el fraile Castrillo recobró su libertad y volvió seguramente a vivir en su convento de la Merced de la ciudad de Guatemala. Lo localizamos después dos veces. Primero en 1823, cuando se abrió un concurso para la provisión de la cátedra de prima de filosofia. Perdió entonces contra Pedro Valenzuela quien obtuvo tres votos contra uno, siendo entonces los electores el rector Angel María Candina , el deán Antonio García Redondo , el vicecancelario Bernardo Dighero , y Felipe Navarro, catedrático de filosofía por el convento de San Francisco. Un año más tarde, los conflictos políticos que se volvían cada vez más agudos por culpa de la decisión de Matías Delgado de erigir en diócesis la provincia de San Salvador, fueron para él una experiencia política adicional. Se puso de lado del padre Delgado y fue a Roma en misión especial – y casi imposible-, para obtener de la Santa Sede la aceptación de la nueva diócesis.
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