Ficha n° 1185
Creada: 23 agosto 2006Editada: 23 agosto 2006
Modificada: 26 marzo 2011
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Autor de la ficha:
Christophe BELAUBREPublicado en:
ISSN 1954-3891RAMIRES, Juan de Santa Rosa
- Palabras claves :
- Canónigo, Franciscanos, Conflictos, Redes sociales,
- Cargo o principal ocupación:
- Canónigo, Arcediano del cabildo eclesiástico de Nicaragua
- Nació:
- En 1742 en León, Nicaragua
- Murió:
- Después de 1811
- Padres:
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1Feliciano Ramires y de Rosalía Gamboa
- Resumen:
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1Nació en León de Nicaragua siendo sus padrinos de nacimiento, según informaciones citadas por Edgar Zúñiga, el alcalde de León Alfonso de las Navas y su madrina Lorenza Calderón. Hizo sus estudios en la universidad de Guatemala pero no sabemos bajo qué tipo de circunstancias pudo formarse en aquella ciudad. En 1787 Juan de Ayssa, Gobernador de Nicaragua, decía de él que su calidad era “baja”, es decir que no lo ubicada dentro del rango social de las familias de origen español, sino de los mestizos. Este comentario oficial puede interpretarse como un acto despreciable hacia una persona que ocupaba un puesto de poder dentro de la jerarquía de la Iglesia local.
2 Al ser expulsados los jesuitas de Guatemala en 1767, era vicerector del colegio, lo que nos hace pensar que pudo haber sido formado por ellos. Fue promotor fiscal de la curia de Guatemala de 1769 a 1773. Durante este periodo de trabajo intenso en la curia eclesiástica de Guatemala, obtuvo el 25 de noviembre de 1771 un doctorado en derecho canónigo, otorgado por la Universidad San Carlos de Guatemala. Ocupó después la cátedra de teología durante dos años.
3 El 2 de febrero de 1776, el Consejo de Indias lo propuso para una canongía en Comayagua en la que fue elegido. Fue secretario del Obispo Palencia y vicario general de la diócesis de Comayagua. El 7 de agosto de 1783 fue ascendido a la dignidad de arcediano de la Iglesia catedral de León en Nicaragua y tomó posesión según carta del cabildo el 25 de febrero de 1784. El gobernador de Nicaragua comentaba que tenía “una vida arreglada, celoso por la asistencia al templo dedicado a predicar confesar y administrar los santos sacramentos con alguna nota de haberse introducido en el manero de asuntos seglares pero sin que se le atribuía mala intención, sino a desear manifestar tener más literatura que los demas de su clase, y en efecto es dedicado al estudio“; decía también que había estudiado en la Universidad de Guatemala filosofía, teología, cánones y leyes.
4 En marzo de 1790 Ramires perdió su puesto de canónigo y fue reemplazo por don Juan Francisco Vilches y Cabrera . Ramires se convirtió en miembro del colegio de Propaganda Fide de Cristo Crucificado de Guatemala el 22 de junio de 1789. Su profesión fue aceptada por el fraile José Antonio Chamoro de Briones. Perdió entonces un ingreso anual de 1500 pesos. Este hecho excepcional no cuadra muy bien con las mentalidades coloniales, pues no conocemos antecedentes en los que un miembro del clero renunciara a una posición como esta; por lo general, solían acudir a Dios para obtener un beneficio personal. En este caso un expediente de 150 folios conservado en el archivo de la curia de la diócesis de Guatemala muestra muy bien que se trataba de una decisión impuesta por la autoridad superior del arzobispo de Guatemala, aunque no hemos encontrado una mención explícita a estas presiones ejercidas sobre nuestro personaje.
5 A principios de 1784 el arcediano Ramires vivía muy mal el control ejercido por el provisor José Antonio Huerta Caso sobre la diócesis de Nicaragua y decidió - según parece - hacer circular cartas anónimas para denunciar a los miembros del cabildo catedralicio y al obispo Tristán . En el fondo parece que el arcediano estaba celoso de Huerta Caso quien era provisor sin el título de doctor, el cual solamente él ostentaba en la diócesis de Nicaragua. Además está claro que el Obispo Tristán no respaldaba Ramires. En todo caso se comprobó muy rápidamente que las cartas habían sido escritas por un manteista del colegio seminario, y distribuidas por un hombre que era mulato y que la mujer de éste servía de cocinera en el colegio. Este mulato era el sirviente del rector del colegio seminario y arcediano Juan Santa Rosa Ramires y se llamaba Juan Buenaventura Castro. El 16 de octubre de 1784 los miembros del cabildo cadetralicio se reunieron y manifestaron a Ramires que debía salir de la sala capitular porque iban a tratar de su persona. Luego de su negativa, los miembros del cabildo lo suspendieron por un año de voz activa y pasiva, con privación de las rentas del mismo año. Era en ese entonces secretario del cabildo catedralicio José Antonio Bonilla. El 6 de octubre el obispo Tristán había escrito al Arzobispo para pedir sanciones contra nuestro arcediano. Francos y Monroy ordenó que Ramires, al cabo de seis días contados a partir de la notificación, tenía que salir de la ciudad de León para estar en Guatemala en 30 días, bajo pena de excomunión.
6Finalmente, el caso llegó hasta la Audiencia de Guatemala. El arcediano salió de León el 18 de diciembre de 1784 y se presentó en el tribunal el 10 de febrero de 1785, es decir después de 55 días de un viaje muy penoso. Luego de este conflicto se quedó algunos años en Guatemala para intentar persuadir al arzobispo de su buena fe. Finalmente parece que no tuvo otra opción que aceptar la profesión en el colegio de Propaganda Fide. En aquel convento logró imponer su autoridad moral y fue elegido provincial.
7 Fue escogido por la familia Aycinena el 10 de julio de 1796 para predicar un sermón en el convento de Capuchinas durante los funerales de Juan Fermín Aycinena. Esto implica que su nivel literario era muy alto y que las familias más importantes del Reino le reconocían esta capacidad oratoria. Sin embargo en 1805 tenía todavía graves problemas con la jerarquía de la Iglesia, puesto que interpuso un recurso por haberle privado de licencia para confesar y predicar en aquel arzobispado. Lo localizamos por última vez en 1811, encargándose de asuntos seglares: pedía entonces que la Sociedad de los Amigos del País cooperase en el « desahogo » del mineral del Corpus.
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