Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1Mariano García y Reyes es mucho menos conocido que su tío Juan Francisco de Sosa García, quien fue Ministro de Relaciones Exteriores de la Federación durante los años 1825-1829, sin embargo fue una figura del alto clero que logró introducirse en el cabildo de la catedral de Guatemala. El estado actual de nuestra investigación sobre las familias de poder de la Capitanía de Guatemala en el siglo XVIII nos permite decir que su familia de origen no formaba parte de la oligarquía local, lo que no deja de ser interesante puesto que su ingreso al cabildo catedralicio indica que este cabildo pudo no haber sido un lugar necesariamente reservado a los miembros de la elite. ¿Cómo logró tener acceso a la institución capitular? Dicho de otro modo, ¿cuál fue la llave que le abrió las puertas catedralicias? Su nacimiento en el Valle de San Francisco de Jumay (en la jurisdicción de la alcaldía mayor de Escuintla) pone de manifiesto que su padre era dueño de una hacienda en esta parte muy rica de la diócesis de Guatemala; pero ignoramos si Juan Bautista realizaba otro tipo de actividades económicas, las que pudieron garantizarle un alto estatuto social. El expediente de ordenaciones nos informa que su padrino de nacimiento fue el fraile Joaquín Aldesturriaga, religioso misionero del Christo Crucificado. Fue bautizado privadamente en este valle y confirmado en 1779 y su padrino fue el bachiller Francisco Arévalo, que ejercía el cargo de coadjutor de la parroquia de los Esclavos, y donde estuvo durante varios años.

2 En todo caso, la familia era suficientemente acomodada, con capacidad para poder pagar los gastos de estudios de Mariano. Éste ingresó, en diciembre de 1776, en el colegio seminario de la Ciudad de Guatemala con una beca concedida por el Deán del cabildo eclesiástico. Egresó del dicho centro de estudios, con el grado de doctor en Teología, el 18 de octubre de 1786; se ordenó presbítero en seguida y recibió colación canónica del curato de los Remedios en agosto de 1788, que estaba vacante por fallecimiento del padre Mariano Izaguirre, y lo ocupó hasta su nombramiento de prebendado del cabildo eclesiástico de Guatemala, en 1814. Además, durante este período fue catedrático de Filosofía en la Universidad y electo rector de la misma en 1796. En la esfera privada sus relaciones parecen haber sido muy estrechas con el padre Julián Martínez Batres, hermano de la impresora Juana Martínez Batres , quien se encargó de ejecutar sus últimas voluntades y administró sus bienes.

3 Durante el periodo crucial de las Cortes de Cádiz, su actuación política no se puede determinar fácilmente por la falta de datos. El Capitán Bustamante lo consideraba digno de obtener una canonjía, lo que nos hace pensar que su posición ideológica era similar y muy cercana a la de los sectores monárquicos. De hecho, en enero de 1812, había publicado un “Exercicio para desagraviar a Jesus Cristo, de las injurias que le han hecho los franceses” con el apoyo del arzobispo Casaus y Torres. Según el libro del cabildo secular, en enero de 1814, la junta electoral del partido de Guatemala, celebrada en la capital, aparece como elector de la parroquia de los Remedios, además de ser diputado por la provincia de Chimaltenango desde el 02 de septiembre de 1813 hasta el 17 de septiembre de 1814. Los otros electores de la parroquia fueron el Padre Francisco Carrascal, don Manuel Olaverri, vista de la Aduana, y don Antonio Vargas, empleado en la renta de alcabala. Su condición de agente regio del arzobispo se pudo comprobar, poco tiempo después, cuando en mayo de 1814 tomó posesión de una de las canonjías vacantes del cabildo eclesiástico. En su caso, el acceso a la prebenda se debía a las circunstancias políticas que minoraban el papel de los nexos familiares y de las clientelas. En ese esquema no es sorprendente que durante este año, al ser restituido al trono el monarca español, los miembros del claustro de la Universidad decidieron organizar una fiesta marcada por una función solemne cantada por el canónigo Galisteo y que el sermón haya sido pronunciado por el prebendado Mariano García y Reyes. Después de un año particularmente intenso, el padre García y Reyes fue electo rector de la Universidad con cinco votos a favor, mientras que su contrincante, el canónigo Valdés, obtuvo solamente un voto. Por otra parte, se sabe que también ejercía el cargo de rector del colegio de Infantes —que desempeñó entre 1815 y 1817— que albergaba a 16 colegiales. Su trabajo, en beneficio de este establecimiento, fue de largo plazo, pues en un documento fechado en 1805 el padre García y Reyes aparece como el administrador de las obras pías de este Colegio, cuyo capital total era de 21.150 pesos. En abril de 1820, la necesidad de arreglar sus asuntos personales lo llevaron a firmar, ante notario, un poder para testar a favor de su cuñado don Francisco Sosa. Este nombramiento confirma una vieja relación social nacida de los nexos de familias: en 1793, el padre García y Reyes había sido padrino de María Magdalena Gertrudis, hija del español Francisco Sosa y de Ana Rafael García, hermana de Mariano. Especialmente, en 1797, el futuro Presidente de la Asamblea Constituyente en 1823 y Ministro de Relaciones Exteriores de la Federación, Juan Francisco Sosa —que dicho sea de paso, fue expulsado del país por Francisco Morazán en 1829— tuvo como padrino de nacimiento al padre García y Reyes.