Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1

2Diego Sáenz Ovecuri [c1610-1678] es natural de la villa de Lagrán, provincia vasca de Álava, en el valle del río Ega. Su apellido Ovecuri es toponímico de la ciudad del mismo nombre situada en las provincias Vascongadas del norte de España. Desde temprana edad figura como hijo del Convento de Vitoria.

3 Diego permanece ciego parte de la niñez, hasta que su madre lo lleva en romería por nueve días a un Santo Cristo en su pueblo, quedando curado y con vista milagrosa. Toma los hábitos de la orden de dominicos a muy temprana edad, a raíz de una visión que experimenta en la ciudad de Vitoria. Por medio de su obra literaria nos enteramos que recibe el traje de fraile a manos de fray Gonzalo de Arriaga. La influencia intelectual de Arriaga motiva a Diego a cursar estudios superiores en Valladolid. No cabe duda que el joven estudiante recorrió los conventos de San Gregorio y San Pablo de Valladolid, ya fuera como estudiante o catedrático. Al momento de su arribo a las costas americanas en octubre de 1651, aparece ya con el titulo de Maestro de estudiantes. Diego Sáenz Ovecuri es una de las grandes figuras que surgen de las aulas de este prestigiado centro de estudios, entre otros fray Bartolomé de las Casas (1474-1566), fray Luis de Granada [1504-1566], fray Melchor Cano (1509-1560). En el año de 1651 un grupo de misioneros de la Orden de Santo Domingo zarpa del puerto de Cádiz en la nave «La Santa Ana María» con rumbo al puerto de la Vera Cruz, Méjico. Encontramos al Maestro Diego integrando parte de la comitiva del Convento de San Pablo de Valladolid. Durante la larga travesía enfrenta los peligros desconocidos de ultramar. Cuenta Diego, que casi pierde la vida durante el naufragio que sufre su embarcación cerca de la isla Dominica en las Antillas Menores. Nos relata que saliendo del puerto de Dominica y llegando a inmediaciones de la Isla de Aves (Venezuela) los feroces Caribes atacan el barco matando a cincuenta y dos españoles. Diego logra sobrevivir al ser rescatado por un grupo de misioneros jesuitas que acuden al auxilio del navío. Finalmente; el Maestro Diego arriba al puerto de Veracruz, de donde se traslada al Convento de Santo Domingo en Santiago de los Caballeros de Goathemala. (Antigua Guatemala).

4 Después de su llegada al Convento de Santo Domingo en Santiago, Diego cumple residencia misionera en el área Tzeldal. Habita seis años en este sitio que constituía parte de la antigua provincia de San Vicente de Chiapa. (Chiapas, Méjico). Su periodo catequizador chiapaneco se desarrolla dentro de un parámetro de veintisiete años; durante los cuales, el fraile dominico transita en la colonia española (1651-1678). Sin duda toma lugar entre 1651 y 1673, ya que los datos que aportan sus biógrafos y hermanos de orden (Fr.Agustín Cano-Francisco Ximénez), nos permiten deducir que el último lustro de su vida lo descansó en el Convento de Santo Domingo.

5 Diego ejerce una serie de cargos durante su residencia en Santiago, como la Vicaría Provincial, calificador del Santo Oficio, y maestro de teología en el Convento de Santo Domingo de Antigua Guatemala. Como educador, mostró gran dedicación y mucha paciencia, hasta el punto de pasarse explicando a un alumno todo el día alguna duda o pregunta. Era muy afable en su comunicación, en sus pláticas era gracioso y de muy agudos dichos, pero muy modesto y nunca se le conoció por murmurar o zaherir a otra persona. Fue un lector incansable y casi siempre estaba leyendo algún libro de teología moral o de devoción. En las conversaciones, ya se hablara de acontecimientos literarios o religiosos, sólo comentaba lo bueno y se guardaba de revelar lo malo.

6El fallecimiento data a un diecinueve de marzo de 1678.

7Fray Diego Sáenz Ovecuri redactó tratados de aritmética, cosmografía, perspectiva, y astronomía que utilizaba para dictar sus cursos académicos. Tuvo gran afición en la promoción de las artes especialmente la poesía y la pintura. Su obra maestra La Thomasiada es representativa del periodo Barroco español y fue publicada en 1667 por José de Pineda Ibarra en Santiago de los Caballeros de Guatemala.