Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1El capitán e ingeniero extraordinario de los reales ejércitos, José de Sierra, fue uno de los arquitectos que laboró activamente en la construcción de la nueva capital del Reino de Guatemala, traslada y reedificada ex nihilo después su destrucción por unos terremotos en 1773. Su nombre esta estrechamente vinculado con la obra de la nueva catedral. De cierta manera se aprovechó de las circunstancias puesto que, tras el regreso a España de Ibáñez, fallecieron repentinamente Bernasconi y Gamundi (entre 1785 y 1786), los dos últimos eran arquitectos que la Corona había enviado a Guatemala para dirigir las distintas obras publicas y sobre todo las obras eclesiásticas que se debían construir.

2Recibió, por auto del 22 de julio de 1790, la responsabilidad de proseguir la obra de la Santa Iglesia de Guatemala sin alterar fundamentalmente los planes del arquitecto Ibáñez, orden que no respetó como se puede fácilmente suponer - Jorge Luján Muñoz dice que presentó proyectos alternativos de techumbre y bóveda en 1792 - . Se dedicó a la obra de la catedral por lo menos hasta el año de 1797.

3Estaba en Guatemala desde hacía poco tiempo. Esta debidamente registrado por la Casa de Contratación, de quien obtuvo el permiso para pasar a las Indias en junio de 1786 junto con su mujer, doña María Del Rosario Franco, y con doña Juana Gómez de Estos (nativa de Eriza) y con un criado de 13 años, Francisco de Paula Bermudes. Francisco Xavier Mencos nos dice que llegó especialmente para tomar el lugar, como ingeniero, de don Felix Salomo quien había fallecido y con la misión de construir una batería en el Castillo de San Felipe. Hicieron el viaje en la nave “Príncipe de Asturias” cuyo destino era Honduras.

4 El canónigo Ignacio Fernández Álvarez, quien se desempeñaba como inspector de la obra, opinó a favor de un miembro de la familia Arroyo –una familia de albañiles conocida en la ciudad- pero el fiscal de la audiencia se negó a otorgarle esa responsabilidad. De allí que José de Sierra se impuso poco a poco. Hizo un estudio detenido de lo construido y presentó sus propios planes para acabar el conjunto, declarándose “capaz y suficientemente instruido” para ello. Al mismo tiempo, propuso la apertura de una escuela de arquitectura que se proponía dirigir. No fue una iniciativa aislada suya, sino la de un hombre de su época que estaba vinculado estrechamente con los círculos sociales que animaron la difusión de las Luces en la ciudad de Guatemala, en la última década del siglo XVIII. Fue socio y fundador de la Sociedad de Amigos del País de Guatemala. Se dio a conocer por su proyecto de la fundación de una Academia de Matemáticas, que defendió con argumentos sólidos en un corto proyecto conservado en el Archivo General de Indias, con fecha del 6 de diciembre de 1794: Plan de la instrucción que se ofrece dar en la Academia de matemáticas, dispuesto por el capitán e ingeniero de los Reales Ejércitos don Joseph de Sierra . El ingeniero estaba convencido que el fomento de las matemática podía ser muy útil para mejorar los oficios de la Capital, en particular la carpintería y albañilería, “(...) de primera entidad, por las grandes cantidades que se invierten en las fabricas, tan desgraciadas en su mal gusto y corta duracion (...)”.

5El segundo informe de las actividades de la Sociedad de Amigos del País nos dice que Don José de Sierra no pudo verificar la apertura de la Escuela de Matemáticas, que seguramente fue presentada durante la primera junta, porque aquel oficial real fue llamado a efectuar una tarea que no menciona el texto; sin embargo, sabemos que se trataba de la redacción de un plan para consolidar el Castillo de San Felipe.

6Según Mariana Rodríguez Del Valle, su idea era de disponer una batería con guarnación de infantería, a dos kilómetros del Castillo, en un punto donde el río se estrecha para prevenir un desembarco de los enemigos que pudiera ser fatal para la seguridad del fuerte. Este plan fue redactado en 1797.

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