Ficha n° 2041
Creada: 13 octubre 2008Editada: 13 octubre 2008
Modificada: 03 abril 2013
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Autor de la ficha:
Christophe BELAUBREPublicado en:
ISSN 1954-3891BRIZZIO, Pedro
- Palabras claves :
- Canónigo, Iglesia, Sociedad, Siglo XVIII, Siglo XIX, Castillo San Juan
- Cargo o principal ocupación:
- Canónigo de la Iglesia Catedral de Nicaragua
- Nació:
- en 1740 en Parma, Italia
- Murió:
- en 1815 en Nicaragua
- Padres:
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1Francisco Brizzio y de Angela Risardi
- Resumen:
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1 Por fallecimiento de don Juan Joseph de La Madrid quedó vacante la canongía de merced en la Iglesia catedral de León, y en mayo de 1792, don Pedro Brizzio, natural de Parma en Italia, que era entonces capitán de una de las compañías del Regimiento fijo de Guatemala, estaba entre las 29 personas que la solicitaron. La Cámara de Indias no lo clasificó en la terna aunque el Rey lo nombró el 19 de junio de ese mismo año. Una vez en Nicaragua su carrera en el cabildo eclesiástico se desarrolló sin mayores obstáculos: así el 23 de marzo de 1802 toda la Cámara lo propuso en primer lugar para la dignidad de arcediano (con una renta anual de 1926 pesos) que recibió hasta su fallecimiento. Ocupó durante la década de 1800-1810 diversos cargos: fue un activo comisario del Santo Oficio de la Ciudad de Léon, juez hacedor de diezmos y diputado de la Junta de Consolidación.
2 No solamente las circunstancias de su nombramiento nos llaman la atención, sino también su propia carrera, que empezó en enero de 1760 como soldado distinguido del Regimiento de Nápoles. A partir de 1767 tuvo contacto con las operaciones militares, al ser enviado a la Plaza de Melilla en África en donde debió enfrentarse a los moros. Después de esa experiencia, sus superiores lo enviaron a América, tierra que conoció por primera vez en 1770. Llegó como subteniente de una Compañía de cien hombres destinada a reforzar el Castillo de San Juan en la Provincia de Nicaragua. Hizo después diversas misiones para el Gobernador don Domingo Cabello incluyendo un viaje de un mes al Pueblo de Indios de Masaya para calmar la población asustada y dispersa en el monte por miedo de la irrupción del volcán que estaba a poca distancia.
3 El historiador José Dolores Gámez da más detalles sobre la vida de Pedro Brizzio en su clásica Historia de Nicaragua: en 1779 los coroneles ingleses Hodgson y Lee levantaron planos del Lago de Nicaragua y los remitieron a Londres con el fin de defender la idea de montar una expedición militar contra esta parte del Imperio español. El acontecimiento es bastante conocido: una escuadra, compuesta de un navío de cincuenta y cuatro cañones llamado el “Ulisis”, y dos fragatas con otros tantos bergantines, se presentó el 28 de marzo de 1780 frente al puerto de San Juan del Norte; sólo la corbeta “Hinchinbroock”, comandada por el oficial Horacio Nelson, se atrevió a seguir el río hasta el Castillo. Pronto la guarnición del Castillo de San Juan y su comandante Juan de Ayssa descubrieron el enemigo - en su relación de méritos y servicios Brizzio habla de 4000 Ingleses y crecido número de Indios Zambos- y tuvieron que enfrentar un sitio de un mes que cobró la vida de unos 30 soldados españoles. El entonces teniente de infantería Pedro Brizzio resultó herido y fue hecho prisionero junto con los demás sobrevivientes. Tras unos meses de encarcelamiento en condiciones difíciles, Brizzio y su comandante Juan de Ayssa fueron de los pocos que pudieron salvarse en una odisea contada minuciosamente por el historiador José Dolores Gamez. En abril de 1781 un Consejo de Generales celebrado en la Habana lo comisionó para volver a España para llevar pliegos importantes. Allí, el rey ascendió Brizzio a Capitán en 20 de junio de 1781 para recompensarlo y en dos de julio del mismo año se embarcó para La Habana y para el Reino de Guatemala. Más tarde, en enero de 1782, lo encontramos en un Apostadero en el rio San Juan al nivel del desagüe del Lago de Nicaragua dirigiendo 250 hombres milicianos para establecer una línea de defensa frente a los ingleses. Pusó allí dos frontines armados de 28 piezas de artillería de varios calibres. El hombre no se cansa de aventuras hasta tal punto que acepta una nueva misión de exploración de un río desconocido llamado Frío donde estuvo atacado por los indios caribes.
4 A pesar de haber arriesgado su vida Brizzio decidió quedarse en la costa caribe nicaragüense que hacía parte del Reino de Guatemala, donde fundó en 1787 el pueblo que bautizó Cabo de Gracias a Dios, donde ocupó la función de Comandante. Allí estaba en 1790 para recibir el geómetra Antonio Porta Costas en 1790, quien buscaba realizar un reconocimiento de la Costa de los Mosquitos. Según el historiador Germán Romero Vargas, además de sus responsabilidades militares estaba bien radicado en la región y comerciaba activamente.
5Aunque no lo podemos probar basándonos en documentos, es muy posible que estas actividades comerciales enriquecieran a Pedro Brizzio. Esa fortuna era necesaria porque, como lo vimos, el hombre decidió incorporarse al cuerpo privilegiado del cabildo eclesiástico de León en Nicaragua, lo cual implicaba ciertos capitales para defender su candidatura en España. Pero sobre todo, a la edad de 50 años, se trataba de una vocación muy tardía. Su voluntad implicaba obtener de la Corona una dispensa, porque el hecho de haber seguido la carrera de las armas excluía en principio su acceso al orden sacris. Brizzio buscó su dispensa directamente con la curia romana, la cual se pronunció en su favor. ¿Quiénes apoyaron su petición en Madrid y permitieron que le diesen tan rápidamente un beneficio eclesiástico? En todo caso en marzo de 1793 tomaba posesión del cargo de canónigo de la Iglesia Catedral de Nicaragua tras haber recibido el título en junio del año anterior. En 1802 accedió al cargo de arcediano gozando de una congrua de 1300 pesos. Ocupo entonces y durante cinco años el cargo de juez hacedor de diezmos.
6Otro dato curioso y que queda por investigar es el hecho de que su heredero haya sido el presbítero Jose Mauricio Brizzio. Este era el fruto de una relación amorosa y ilegitima con doña Tomasa de Bendaña, representante de las familias de poder de la ciudad de Granada. Según varios testimonios que se presentaron a principios de 1804 cuando su hijo quiso legalizar su situación, Pedro Brizzio quiso contraer esponsales con doña Tomasa de Bendaña - seguramente entre 1772 y 1780- pero los padres de la dicha familia se opusieron a la unión.
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