Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1Juan Francisco Vilchez y Verrostiguieta nació en 1748 en la villa de León. Sus padres eran tambien nativos de esta misma ciudad. Segun su relación de meritos y servicios que hizo imprimir en 1817, sirvió primero de sacristan mayor de Granada y despues fue cura de esta misma parroquia el 9 de enero de 1771. Fue profesor de latin en el seminario y cura de Masatepeque, a partir de 1773. Germán Romero Vargas nos informa que cuando le nombraron cura de este pueblo, se había llevado consigo a Maria Mercedes Gavarrete « viviendo en una misma casa y techo ». Su tío, el obispo Juan Carlos Vilchez y Cabrera, había ordenado su encarcelamiento. Sin embargo parece que no hubó mayor escándalo porque el obispo falleció y, en Madrid se decidió el nombramiento de Juan Francisco como canónigo.

2De hecho, Juan Francisco se encargó de administrar los bienes de su tío, en particular una hacienda valorada en 9000 pesos, y con 1100 pesos de gravamen de una capellanía de la que era capellán. Lo encontramos en 1785 bien ubicado en el cabildo eclesiástico de León con José Antonio de la Huerta Caso, Albino López de la Plata y José Ramón Quiróz firmando una circular al clero y fieles de Cartago contra el abuso que cometían los capellanes, quienes daban a las personas que redimían una capellanía un simple recibo, sin que la causa se tramitara en el juzgado de capellanías. De hecho lo encontramos en una época de su vida de gran actividad. Formó parte de los hombres claves que implementaron un nuevo sistema para mejorar la recaudación de los diezmos. Se había organizado una Real Junta de Diezmos que se componía de su persona como juez de diezmos, del Tesorero Oficial Real Don Agustin Alfaro y del Comandante General de las Armas de esta provincia don Juan de Ayssa. Su presencia al lado de la Corona no se limitada a esta participación. Poco después se encontraba ejerciendo toda su influencia para pedir al clero que se hiciera una relación jurada de los ingresos de su curato para calcular la parte que tocaba a cada uno como contribución al real subsidio. En 1786 fue de una cierta manera recompensado por sus esfuerzos, pues se le concedió el derecho a fundar en Nicaragua una congregación de San Felipe Neri, cuya casa y templo construyó a su costa. La sección de capellanía nos informa que Juan Francisco podía muy bien fomentar este tipo de culto porque gozaba, en estos años, de 5260 pesos de capellanía con un total de 260 pesos de rédito anual! Manejaba también los fondos de la cofradía de Nuestra Señora del Carmen, cuyos asientos de los hermanos, escapularios y limosnas representaban una suma de 301 pesos al año. De los 16587 pesos que su tío Juan Carlos había dejado, por la clausula 19 de su testamento, para la construcción de la catedral, sabemos que gastó 3200 pesos para la compra de la campana mayor importada desde Lima.

3A partir de 1790 la configuración de sus lazos sociales y sus responsabilidades en la Iglesia nos dicen mucho de su posición en la sociedad colonial. En la capital de Guatemala sus asuntos personales eran defendidos por el prestigioso abogado José Del Valle. Fue nombrado arcediano en 1794 y aparecía como examinador sinodal y sobre todo juez de capellanías y obras pías y visitador de testamentos en sede vacante. Estaba de hecho en capacidad de organizar un sistema clientelar porque su licencia era necesaria para todo tipo de traspaso de fondos de capellanías. El obispo Juan Felix de Villegas lo recomendaba al Consejo para un obispado, presentándolo como « de ilustre nacimiento, de las mas esclarecidas familias de esta provincia, descendiente de conquistadores por ambas lineas y haviendo tenido una educación muy conforme a su ilustre calidad ». Sin embargo se mantuvo en la diocesis ubicandose en una posición de poder más y más evidente. En 1802 alcanzó el puesto de dean y sobre todo era el provisor y vicario general de la diócesis.

4En 1808, cuando las ideas y los tiempos se volvieron mas agitados, Vílchez se mantenía como Gobernador de la diócesis con la plena confianza del nuevo arzobispo Nicolás García Jerez. Ordenaba que en todas las provincias se celebraran misas solemnes para manifestar su fidelidad al rey. Demostraba un rechazo fuerte al ideario igualitario de las Luces mencionado abiertamente, en una carta al rey, que no se debía admitir la concesión de los ordenes sacros al gran número de mulatos que los solicitaban. En Guatemala, en una carta reservada, Juan Francisco era considerado como un criollo « seguro » favorable a la Monarquía. En estos tiempos estuvo también movilizando todos los apoyos posibles para ser nombrado obispo, pero en vano, porque falleció en la ciudad de León en 1823 siendo todavía dean del cabildo. En 1817 pidió permiso para fundar un Colegio de Propaganda Fide en lugar de la Congregacion Neriana. El fiscal del Consejo de Indias estuvó de acuerdo : « es mejor que una congregación de Neri porque de todos modos falta de clérigos para llenarla ». El comisario General argumentaba también su utilidad para luchar contra la insurrección. Por su edad de 74 años, sus enfermedades numerosas y las tareas administrativas que tenía que cumplir obtuvo de la Corona el derecho a firmar con una estampilla. Esto sucedió en 1821 y fue seguramente una de las últimas decisiones positivas, aunque esto le costó 400 pesos, que logró obtener de la Corona.

5Aunque Vílchez fue cuestionado (incluso por su propio tío) por tener una vida íntima poco adecuada a su estado sacerdotal, su carrera no parece haber padecido de este escándalo que debió conocerse. Durante muchos años repitió, hasta la saciedad en sus despachos, que los sacerdotes de su diócesis debían de ser ejemplares y vivir de acuerdo a su condición. Sin embargo se conserva un documento muy interesante en la sección de mortuales del arzobispado de León : « Juan Mendoza padre de Jose Francisco Mendoza, hijo natural del Dean … por alimentos contra su testamentaria siendo albacea del Pbro Pedro Solis ». En este expediente Jose Maria Murillo y Toribio Morales certificaba que era tan pobre que de su rastrero trabajo diario subsistía. Juan Mendoza pedía el testimonio de Jose Altamirano de 70 años y Jose Angel Quitana de 25 años, sobre si sabían que su legitímo padre fue hijo reconocido del finado señor Dean Juan Francisco Vilchez y si esta filiación era notoria por voz publica … Los cuales testigos lo confirmaron. Lo más extraño fue que Juan Francisco tuvo otro hijo, pues en 1836 una tal Reyes cobraba alimentos de la testamenteria del Sr. Dean Vilchez a nombre de su nieto Manuel. El Lic. Juan Jose Zavala decía que el esposo de la señora Reyes era hija reconocida del difunto señor Juan Francisco Vilchez !

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