Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1Nacido en Vera de Bidasoa, Navarra la Alta, y bautizado el 19 de agosto de 1713, fue el quinto hijo de Sebastián Olaechea y Ana María Garaycoechea, casados en 1704. Sebastián emigró a América en la primera mitad de la década de 1730, época en que su hermano mayor Francisco cruzó también el mar investido del cargo de gobernador de Soconusco. A diferencia de Francisco, que emigró a Costa Rica después de concluir su gobierno en Soconusco (1739), Sebastián pasó a la provincia colonial de Chiapa, donde se asentó en el Partido de Zoques.

2Sebastián Olaechea se dedicó a la producción de cacao en la región de Ixtacomitán, en el noroccidente chiapaneco, donde poseyó haciendas así como también fue propietario de otras situadas en el valle de Cintalapa y Jiquipilas, en el centro occidente de Chiapas, donde criaba ganado mayor - vacuno y caballar - al igual que añil, producto éste que también cultivaba en terrenos situados en las márgenes del río Grijalva, en las inmediaciones de Chiapa de los Indios.

3En 1751 se le nombró alcalde de Ciudad Real. En 1768 era receptor de alcabalas en el partido de Tuxtla. En 1771 era postor al abasto de carnes en el pueblo de Tuxtla, cargo que monopolizó en los años siguientes gracias a la alianza que efectuó con el alcalde mayor de Tuxtla, Juan de Oliver. En sociedad comercial con éste y con su sobrino Salvador Esponda, casado a su vez con María Gertrudis en 1768, obtuvo redituables ganancias a costa del trabajo de los indígenas zoques, quienes fueron duramente explotados sobre todo por Salvador Esponda, representante de Olaechea en Ixtacomitán. De Esponda se afirmó entonces que había monopolizado el comercio del aguardiente en la zona, en detrimento de la salud de los naturales. Olaechea falleció el 10 de marzo de 1778, apenas seis días después de concertar un compromiso con el nuevo alcalde mayor de Tuxtla, Luis de Engrava y Ovalle. Su herencia fue repartida entre sus hijos, la mayoría de los cuales habrían de morir pronto. Sería María Gertrudis la que habría de sobrevivir por más tiempo a sus hermanos. Josefa Antonia se desposó por su parte con Juan de Oliver, el primer alcalde mayor de Tuxtla, en febrero de 1778, poco antes de la muerte de su padre, con lo que Olaechea sin duda buscaba completar su dominio económico. De hecho, el compromiso establecido con Engrava era un reconocimiento del poder económico de Olaechea, pues éste declaraba que reconocía a Engrava como jefe político por cuanto Engrava le reconocía ciertos privilegios en la región de Ixtacomitán. Con sus otros hijos, situados en la Iglesia (Esteban Vital y Manuel) y en el ejército (Basilio Antonio), era de esperar que la familia pudiera asegurar una posición preeminente dentro de la sociedad chiapaneca de la época. De hecho, su hijo Basilio Antonio fue gobernador interino de Soconusco y después alcalde mayor de Verapaz en Guatemala. Por su parte, el nieto, Sebastián Esponda y Olaechea - hijo de María Gertrudis y Salvador Esponda - escalaría otras posiciones, pues llegaría a ser abogado por la Imperial Universidad de México en 1795, alcalde de Ciudad Real en dos ocasiones (1798 y 1801), así como diputado a las Cortes de Cádiz, cargo que no alcanzó a desempeñar pues murió apenas embarcado, víctima del vómito negro, en julio de 1811.

4Con ello, podemos apreciar el continuo ascenso de la familia en el prestigio y el poder social,político y económico, meta que se mantuvo firme y constante a lo largo de estas tres generaciones.