Boletín N° 37 (Julio-Agosto 2008) de la AFEHC
- Tipo de noticia:
- Convocatoria
- Lugar:
- El Salvador
- Fecha:
- 27 de junio de 2007
- Resumen:
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El tema de la “modernidad” sigue ocupando un interés en el campo de las ciencias sociales y políticas. Para pensadores como el nicaragüense Alejandro Serrano Caldera, América Latina enfrenta en estos momentos la caída de las utopías y la devaluación del futuro. Nuestra región ha logrado configurar un proceso de identidad en el arte (literatura, artes plásticas y musicales) y en la filosofía. Sin embargo, en el plano político y jurídico-institucional no se ha encontrado el camino a la formación de nuestra identidad porque seguimos reproduciendo formas y modelos que ni responden a nuestras idiosincrasias ni a nuestras necesidades. Proclamamos en el constitucionalismo y la política de nuestras tierras los enunciados de la modernidad (el Estado-Nación, el Estado de derecho, el principio de igualdad, etc.) mientras mantenemos en lo económico los principios y las prácticas premodernas. Sostiene que para alcanzar una identidad debemos superar la desnaturalización política producto de la adopción acrítica de los modelos dominantes de turno, vicio que nos llega desde la independencia.
Desde una perspectiva de “larga duración” los proyectos de modernidad fueron recibidos y asimilados en la América Hispánica hacia la mitad del siglo XVIII. Sin embargo, no será sino desde mediados del siglo XIX cuando adquieren fuerza y cobran cuerpo. El liberalismo y el positivismo sirvieron de sustento teórico a las transformaciones suscitadas en el ámbito económico, político, social, jurídico y cultural, las cuales no encontraron una aceptación unánime de todos los actores sociales. Pueblos, gremios, asociaciones católicas, municipalidades, caudillos y logias llegaron a increpar y se enfrentaron a aquellas medidas que socavaron sus privilegios e intereses.
Sobre El Salvador decimonónico sabemos muy poco en torno a la recepción, asimilación y resistencia a dichos proyectos. Los trabajos clásicos de Bradford Burns y Patricia Andrews o los estudios realizados en los últimos años por Héctor Lindo, Aldo Lauria, Patricia Alvarenga, Jorge Arias Gómez, entre otros, han avanzado en el conocimiento de los ámbitos económicos, culturales y sociales. Sin embargo, todavía quedan muchos aspectos pendientes a estudiar. Por ejemplo, ¿es posible hablar de varios proyectos de modernidad a través de diversas generaciones liberales y positivistas? ¿Fueron acaso, en la esfera ideológica, ciertas “modernidades más secularizadas” las que paulatinamente terminaron legitimando las instituciones tardo-decimonónicas en lugar de una “modernidad católica”? ¿Es posible hablar de una “modernidad católica”? ¿Cambiaron los modelos de interpretar la actividad laboral, concibiéndola más como un recurso para la prosperidad económica y utilidad pública que como una actividad para la medicina del alma y de obligación del género humano? ¿Se crearon, fortalecieron o re-adecuaron formas de sociabilidad laboral? ¿Con qué fines? ¿Introdujeron los proyectos de modernidad nuevas formas de concebir e interpretar los sistemas punitivos y de coerción social? ¿De qué manera los diversos actores sociales resistieron y se enfrentaron a tales medidas? Además, ¿de qué manera fueron partícipes y colaboradores de las mismas?
Desde esa perspectiva, se convoca a historiadores salvadoreños, centroamericanos y centroamericanistas a participar en el Boletín de la AFEHC número…. de julio y agosto de 2008 cuyo tema central será “Modernidad y resistencias: El Salvador durante el siglo XIX”. Se recibirán trabajos de historia social, política, económica, cultural y de las ideas. Los ejes temáticos preferenciales serán: 1-) Modernidad y mundo laboral; 2-) Modernidad y coerción social; 3-) La construcción del Estado moderno; 4-) Modernidad y educación.
Anticipadamente agradezco las colaboraciones que se reciban, atentamente, Sajid Alfredo Herrera
Enviar sus trabajos antes del 15 de junio de 2008
[email protected]