La Gran Serpiente Cornuda, ¡ Indios de Chiapa, no escuchen a Napoleón!
- Categoria:
- Libro
- Autor:
-
Robert M. Laughlin
- Editorial:
- Programa de Investigaciones Multidisciplinarias sobre Mesoamérica y el Sureste
- Fecha:
- 2001
- Reseña:
-
1En esta época de conmemoración del periodo napoleónico, este libro no es anodino: más allá de su interés antropológico, del cual no cabe la menor duda, se demuestra que el régimen napoleónico tuvo una resonancia particular cuyo eco se hizo oír en los pueblos tzotziles más remotos de Chiapas. Con el trabajo de Timothy Hawkins , que trata la misma cuestión de cómo se recibió el mensaje napoleónico en América Central, hay ahora un campo de investigación que se afina y acrecienta para entender mejor hasta qué punto “el águila de arrastre de Córcega “ o “la Gran serpiente cornuda “ pudo influir en la vida política de los centroamericanos.
2La historiografía centroamericanista no cuenta con muchos trabajos como éste. Se necesita la paciencia y la formación del antropólogo para concebirlo y para concluirlo porque es algo raro que un historiador dedique varios años de su vida para intentar entender todo lo que se relaciona con un solo texto histórico de algunas páginas… un texto o más bien una proclamación publicada en agosto de 1812, en Cádiz, escrita a mano por el Duque del Infantado… un papel impreso como hay tantos de miles en el Archivo de Indias, un documento que cuenta ahora con una microhistoria puesto que se invita al lector a desmenuzarlo a través de 400 páginas. Es necesario decir de antemano que este documento fue objeto de una traducción en idioma tzotzil, milagrosamente preservada por el obispo de Chiapas, Francisco Orozco y Jiménez, que debía casi naturalmente llamar la atención del gran lingüista Robert Laughlin, cuyo nombre está inscrito en letras de oro en el teatro de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez como ganador del premio Chiapas, autor del Great Tzotzil Dictionary of Santo Domingo Zinacantan publicado en Washington en 1988 por la prensa de Smithsonian University1. La esencia de este texto: que los pueblos indígenas de Chiapas acepten sumisamente “como lo han hecho siempre” la autoridad española aun si ésta está en agonía o por lo menos en peligro. Las razones de la traducción en idioma tzotzil siguen siendo un misterio porque la época no era favorable a este tipo de trabajo – incluso si una cierta tradición fue mantenida al parecer en Chiapas donde, por ejemplo, el sacerdote José Miguel Correa en 1804 escribió su « Breve esplicacion de la lengua tzotzil para los pueblos de la provincia de Chiapas », un manuscrito de 102 páginas incluyendo 9 páginas de gramática, 17 de vocabulario y el resto de la traducción de los manuales para la administración de los sacramentos2. Las iniciativas etnológicas de los franciscanos no son más de actualidad desde hace mucho tiempo; al contrario, las Luces no dejaban de instar a las autoridades locales americanas a imponer el castellano por todas partes, el único capaz de traer esta riqueza material que, a los ojos de los occidentales, garantizaba la felicidad en la tierra. Para el autor la inminencia del peligro explicaría este recurso repentino a las traducciones: era entonces necesario estar seguro de que el mensaje iba a pasar al corazón mismo del mundo indígena. Aunque se pidió un esfuerzo lingüístico a escala continental, solamente se alcanzó a realizar las traducciones en lengua Quechua, Q’eqchi, Ixil y Xinca, depositadas en un paquete del Archivo de Indias3.
3 En este trabajo el antropólogo se cubre con la piel del historiador al intentar reubicar la Proclama en su contexto en particular, el iniciado por la invasión napoleónica de España en 1808. Juntas regionales se formaron en toda España tanto para combatir la presencia militar francesa como para mantener la soberanía de Fernando VII. Esta resistencia conducirá con alguna rapidez a la reunión de las Cortes, las cuales dieron luz a una nueva constitución que modificó profundamente la naturaleza del enlace que unía América con España. Estas Cortes reunieron por primera vez a diputados americanos en un número significativo porque los españoles eran entonces conscientes del riesgo que Napoleón hacía correr al imperio en su totalidad invitando a la gente de América que enarbole la bandera revolucionaria, lo que explica el subtítulo irónico del libro de Robert Laughlin: ¡Indios de Chiapa, no escuchen a Napoleón!
El volumen se divide en diez capítulos desiguales tanto en tamaño como en contenido. La contextualización, sobre todo política, se extiende en seis capítulos desiguales y largos escritos con cierta aspereza. El autor no ha considerado que podía haber elementos significativos en Guatemala, en el Archivo General de Centroamérica (AGCA), para clarificar las circunstancias de la publicación de la Proclama, algo que uno puede deplorar por ser estos archivos tan ricos para el período colonial en Chiapas. Los primeros capítulos se redactaron con base en fuentes secundarias – a excepción de la Gazeta de Guatemala que está bien explotada para dar cuenta de las reacciones locales al anuncio de los acontecimientos extraordinarios en curso en España – y no ofrecen mayores novedades. Solamente el capítulo dedicado a Chiapas incorpora muchas fuentes primarias sacadas principalmente del Archivo Histórico Diocesano de San Cristóbal de los Casas (AHD). Las copias de las cartas de los obispos destinadas a la Corona, en concreto del obispo Francisco Polanco y especialmente de Ambrosio Llano, permiten penetrar en el corazón de esta sociedad indígena chiapaneca llamada a recibir en idioma tzotzil la famosa Proclama.4Con los capítulos VII, VIII y IX uno descubre el texto completo de la famosa “Proclama del Duque del Infantado a los habitantes de Ultramar “, así como la traducción al español hecha por Laughlin de la proclama traducida en tzotzil. Esta traducción en tzotzil, reproducida en el apéndice 3, es la de un religioso no identificado. Es más una interpretación que una traducción y sobre todo se trata de un tzotzil deteriorado por las palabras y la gramática tzeltales. Esta parte de la obra es la del lingüista que compara las distintas escrituras, analiza palabra por palabra y su traducción original (véase pp.245-280). Es indiscutiblemente un trabajo notable. Demuestra que la traducción no respeta el original puesto que su volumen se multiplica por tres. El religioso exagera cuando, por ejemplo, refiere la amenaza de una reunión con asesinos heréticos: las grandes serpientes cornudas. El texto del religioso no tiene fecha, pero Robert Laughlin estima que el trabajo fue concluido antes del retorno al poder de Fernando VII el 24 de marzo de 1814. El autor considera que se trata del trabajo de un hombre que residió en Huitiupán (debido a las características lingüísticas que aparecen en el texto), probablemente un franciscano.
5En conclusión, se puede decir que se trata de un buen libro, obviamente sólido y muy fino en la parte del análisis semántico de la Proclama, menos convincente y más anecdótico cuando el autor intenta colocar el escrito en un contexto histórico más amplio. Sin embargo, es un esfuerzo encomiable porque las fuentes primarias utilizadas son numerosas, en particular este paquete de la correspondencia de Ambrosio Llano conservado en el Archivo Histórico de la diócesis de San Cristóbal.
6Notas de pie de página
71 The Great Tzotzil Dictionary of Santo Domingo Zinacantán, with Grammatical Analysis and Historical Commentary by Robert M. Laughlin; John B. Haviland, obra reseñada por Judith L. Aissen en Language, Vol. 68, No. 2 (Jun., 1992), pp. 387-390.
Para descargar el diccionario en su totalidad : http://si-pddr.si.edu/dspace/handle/10088/136782 Hay otra excepción ya que en 1788 el franciscano Josef de la Barrera redactó un Libro de lengua tzotzil en que se hablara la doctrina christiana con preguntas y explicacion, administracion de los sacramentos, dos artes, barios sermones, y otras cosas que el curioso puede ver para su aprovechamiento, de 157 páginas, conservado en la biblioteca del Congreso en Washington.
93 AGI, Guatemala 943.
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