Visita hecha por Fray Juan Nieto al Pueblo de Indios de Nuestra Señora del Pilar de Tres Ríos. Año 1753.
- Autor:
- Fray Juan Nieto
- Fecha:
- 1753
- Texto íntegral:
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1“Consta en los libros de bautismos haberse bautizado en dichos pueblos [pueblos de Nuestra Señora del Pilar y Cangel] veintidós párvulos que han nacido de las naciones Cabécara y Thalamanca, que son de los que se componen estos dos pueblos.
2“Se compone este pueblo de cuarenta y tres casas de paja, dispuestas en forma de calles, y cada una con sitio competente para vivienda y algunos sembrados, más una iglesia de teja que tiene treinta y seis varas de largo y once de ancho, con capacidad suficiente para los indios que hay y puede haber en este pueblo, y pegada a ella se sigue la sacristía proporcionada, en la que hay un cajón para guardar los ornamentos y vasos sagrados, los que se reducen a dos cálices con sus patenas, cuatro casullas y una blanca, otra colorada, otra morada y otra negra, una capa blanca, dos albas con sus amitos y cíngulos, cuatro purificadores, dos corporales, dos manutejos, dos pares de vinagreras, unas crismeras cebadas, dos misales, un manual y un sobrepeliz.
3En la Iglesia hay un solo altar con un retablito que dio un bienhechor con limosna, con una imagen peregrina, hechura de España, de Nuestra Señora del Pilar, este altar tiene para adorno tres frontales, tres velos de la imagen y algunas otras vitelas; está todo tan limpio y aseado que en medio de tanta pobreza causa devoción celebrar y entrar en la Iglesia por el aliño y limpieza que hay en todo. Contigua a la sacristía está al vivienda del religioso, ideada en forma de convento por la mayor honestidad del Ministro: es de teja con dos celdas, con todas aquellas cosas necesarias a su estado. El Padre es asistido en todas sus necesidades de los indios, para barrer la casa, traen agua y servir la mesa y lo demás que se ofrece, evitando cuanto es posible que entren mujeres en el Convento.
4El pueblo tiene las tierras que por ley le corresponden: éstas son fértiles para producir trigo, cebada, maíz, plátanos, yucas y todo cuanto se siembra en ellas; y para cultivarlas son aviados los indios de todo lo necesario por los Padres. Estos indios son muy pobres por estar recién poblados, pero con el tiempo podrán tener con que mantenerse con lo que se produjese en estas tierras, por ser muy fértiles.”
León Fernández. Documentos para la Historia de Costa Rica. Barcelona: Imprenta Viuda de Luis Tasso, 1907. Tomo IX, pp. 491-493.