Ficha n°14
FIGUEREDO Y VICTORIA, Francisco
Cargo: Arzobispo de Guatemala.
Nació: 1685 en la ciudad de Popayán.
Murió: el 24 de junio de 1765 en Santiago de Guatemala .
Padres: Tomas de Figueredo y Vega y de Barbara de Victoria y Lasso.
Resumen: Aunque las informaciones biográficas sobre este arzobispo de Guatemala siguen siendo escasas; el presbítero Domingo Juarros, a principio del siglo XIX, informaba que había nacido en la provincia de Nueva Granada en 1685 en la ciudad de Popayán. Fuera del nombre de sus padres (Tomas de Figueredo y Vega y de Barbara de Victoria y Lasso), no podemos ubicar socialmente la familia. Sin embargo el hecho que este prelado haya obtenido su doctorado en la Universidad San Gregorio de los Jesuitas en la ciudad de Quito, nos permite suponer que se trataba de una familia pudiente tomando en cuenta el papel específico jugado por esta Orden en la formación de las elites hispanoamericanas. Cuando obtuvo su nominación de obispo de Popayán (1741-1752) se encontraba de maestreescuela en esa ciudad de Quito. Su cercanía con los jesuitas nunca se desmintió a lo largo de su vida y se mantuvo un fiel servidor de los hombres que le habían dado su formación intelectual y espiritual. En julio de 1759 dedicó una parte sustancial de sus fondos para establecer como fiesta de precepto la de San Ignacio de Loyola.
Fue nombrado arzobispo de Guatemala en 1751 y llegó a su nueva diócesis en 1753. Contaba dentro de su familia al futuro canónigo Antonio Carbonel y Broto. Apenas instalado se encontraba rodeado de las personas que iban a ser sus hombres de confianza: Agustín Cagiga y Rada, Francisco José de Palencia y Miguel José de Cilieza. Del segundo decía, en una carta al rey fechada en mayo de 1758, que “se ha portado modesta y juiciosamente desempeñando su obligación en servirla y en varias comisiones que he puesto a su cuidado”. En octubre del año de su llegada emprendió la visita pastoral la cual lo llevo a casi 50 pueblos durante seis meses. Dejó un informe exhaustivo y estuvo entonces en capacidad de informar al rey sobre el estado general de su clero: en una carta con fecha de 1758 decía que había 92 curas en 94 parroquias. El cabildo eclesiástico contaba 5 dignatarios y 4 canonicatos pero dos estaban vacantes. Había 236 seculares sin cargo de alma, 11 diáconos, 15 subdiáconos, 6 menores y 74 seminaristas del real y pontifical Colegio Seminario.(con 64 destinados a la carrera eclesiástica). Murió en la ciudad de Santiago de Guatemala el 24 de junio de 1765 a la edad de 82 años; su salud se había deteriorado bastante desde algunos meses antes y, deseoso de mantener su diócesis bajo la influencia de los suyos, el rey le había concedido el derecho a nombrar a su amigo Miguel José de Cilieza, obispo auxiliar. Fue naturalmente sepultado en la iglesia del colegio de los padres jesuitas y el honor de decir la oración fúnebre fue reservado a dos jesuitas incluyendo uno bastante famoso de Guatemala: Rafael Landívar. Este documento se publicó en 1766 pero ignoramos si el documento se conserva hoy en día.