Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1De cierta manera, don Miguel José de Cilieza y Velasco nació en una familia que, de una cierta manera, lo predestinaba a la carrera eclesiástica que realizaría durante toda su vida. Sus padres tuvieron un comportamiento social nada excepcional en el régimen colonial. Su padre era uno de los representantes de las familias criollas que conformaban la oligarquía de Santiago de Guatemala. Casado con María Varón de Berrieza, estableció vínculos con un grupo colonial muy parecido al suyo. Perfecto ejemplo de endogamia social y geográfica, en la medida en que su abuelo paterno había sido alcalde ordinario de Santiago de Guatemala (1694), y el padre de la madre, don José Varón de Berrieza, había ocupado las mismas funciones (1673 y 1684). Los hermanos y hermanas de Miguel celebraron matrimonios estratégicos que incrementaron las posibilidades de inversiones, de comercio e intercambio de informaciones. Por ejemplo su hermana Luiza (1704-1771) se casó con su primo hermano, don Cristóbal Marcos de Gálvez, hijo del padrino de don Miguel José de Cilieza. Su hermano Agustín (1711-1786) lo hizo con Mariana de Castro y Bernal, radicándose en la rica región salvadoreña para dedicarse al comercio. En fin, marcar su poder social podía pasar por la presencia de una hermana en el convento de la Concepción, lo cual sucedió también con Francisca Xaviera.

2Salvo el nombre de su padrino, don Bartolomé de Gálvez Corral, se conocen muy pocos datos sobre la infancia de Miguel Cilieza y Velasco. Se formó con los jesuitas de su ciudad natal como solían hacerlo las élites. Siguió allí los estudios de filosofía y teología mientras se matriculaba en la Universidad para seguir los cursos de cánones y leyes. El Obispo don Juan Gómez de Parada lo ordenó de presbítero el 22 de septiembre de 1731, y obtuvo su doctorado en Sagrados Cánones en mayo de 1737 en la Universidad San Carlos de Santiago de Guatemala. Empezó a servir distintas cátedras y prosiguió su formación académica hasta obtener un segundo doctorado en derecho civil en julio de 1751. Su influencia en la corporación universitaria creció a tal punto que fue elegido rector cuatro veces : 1743, 1752, 1755 y 1758. También se graduó de abogado por la Real Audiencia (1733), título que le permitió incrementar sus ingresos por los pleitos civiles que tuvo, y aumentar su prestigio social, al servir oficialmente de abogado de Presos del Santo Oficio (1735).

3En la administración curial sus conocimientos jurídicos lo llevaron a asumir el papel de promotor fiscal durante ocho años. En 1738 salió para Nicaragua donde el obispo Don Domingo Antonio de Zataraín hizo de él su provisor y vicario general. Regresó a la capital del Reino en mayo de 1740.

4Su familia de origen, sus nexos en la Iglesia Institucional – el padre era tesorero de la Bula de Cruzada -, sus lazos de parentesco, su formación académica y su capital social acumulado durante sus actividades jurídicas le abrieron las puertas del cabildo eclesiástico de la ciudad. El 3 de marzo de 1743 tomó posesión de una canonjía de merced en la Iglesia Catedral. ¡Tenía sólo 35 años! Ocupó desde entonces diversos cargos que los canónigos monopolizaban muchas veces por los ingresos adicionales que la administración permitía: juez de testamentos y capellanías, y entre 1747 y 1753 volvió a ocupar el puesto más alto de la administración curial: provisor y vicario general. Tenía la confianza de los demás miembros del cabildo eclesiástico porque lo confirmaron en esta función cuando la sede quedó vacante. El Obispo Figueredo y Vitoria le pidió realizar una visita diocesana en 36 parroquias. Según el historiador Carmelo Sáenz de Santa María, era uno de sus hombres de confianza, llegando a ser nombrado obispo auxiliar de Figueredo cuando el Obispo ya estaba ciego. En 1751 publicó en la Imprenta de Sebastián de Arévalo el opúsculo siguiente: “Los talentos mejor multiplicados en la gloriosas hazañas de un principe religioso, y Pastor Caballero D.F. Pedro Pardo de Figueroa…”.

5Fue finalmente promovido al obispado de Chiapas. Tomó posesión de la diócesis en diciembre de 1767 y falleció en abril de 1768, siendo sepultado en la Catedral de Ciudad Real. En Guatemala los hermanos Cadena redactaron un sermón que fue impreso especialmente para recordar su nombre y su actuación en Guatemala.

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