Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

1Existe todavía una gran confusión con los cargos de contadores de la Real Hacienda. Hay que hacer una diferenciación entre los contadores oficiales reales de las cajas de las ciudades y las poblaciones principales, con los contadores de Cuentas Reales y los contadores de los Tribunales. Las personas que ejercían estos cargos realizaban actividades contables diferentes, aunque la finalidad común de los dos primeros era el control y administración del fisco.

2Con la presentación de varios datos personales y de funciones administrativas públicas de Diego Ruiz de Arteaga, se hará aquí un acercamiento superficial de las diferencias que existían en las funciones de los contadores de Cuentas Reales y de los Tribunales.

3No encontramos información sobre la fecha de nacimiento de Diego Ruiz de Arteaga. Solamente sabemos que su hermana Ana de Rojas fue bautizada en la parroquia El Sagrario el 12 de abril de 1597. Ellos eran hijos de Eugenio Sánchez y de Mariana Ruiz de Arteaga. En este primer matrimonio, doña Mariana Ruiz solamente tuvo estos dos hijos; en el segundo matrimonio con Alonso de Rojas, tuvo a Alonso de Rojas, quien en 1622 pretendía ser religioso jesuita. En su tercer matrimonio con el cirujano Juan del Castillo no tuvo hijos.

4En agosto de 1620, el conde de la Gomera extendió el título de escribano público y de visitas del corregimiento de Chiquimula de Sierra a Diego Ruiz de Arteaga, por la renuncia que hizo en éste Juan Mordazo Salguero, escribano público anterior de dicha jurisdicción. Por la cédula del 15 de junio de 1622, el rey Felipe IV le confirmó en el cargo, al aprobar la renuncia hecha por Mordazo y la extensión del título por el conde de la Gomera. Ruiz de Arteaga recibió la confirmación original el 17 de agosto de 1623.

5En mayo de 1631, Ruiz de Arteaga, como escribano público de Chiquimula de la Sierra, fue comisionado por el presidente de la Audiencia para que siguiera las diligencias ordinarias en el caso de la composición de las tierras de la estancia de Uluminapa, en jurisdicción del pueblo de Atescatempa, que pretendía realizar el alcalde ordinario de la ciudad de Guatemala, don Luis Alfonso Mazariegos.
En enero de 1640, Ruiz de Arteaga, siendo escribano público en Chiquimula, residía en la ciudad de Guatemala, y desempeñaba también el cargo de Tesorero de la Bula de la Santa Cruzada en aquella jurisdicción; administraba, expedía y cobraba el valor de las bulas de la Santa Cruzada, en las predicaciones primera y segunda de la sexta concesión, y quería continuar realizando esa actividad en la tercera predicación que en la fecha corría en el obispado de Guatemala. Para ello se comprometió con el licenciado Juan de Sagarraga, tesorero y administrador general de la Santa Cruzada en el Reino de Guatemala, a realizar la expedición de la tercera predicación de la sexta concesión en la jurisdicción de Chiquimula de la Sierra. Fue su fiador el mercader Diego Llorente.

6Por cédula general, de fecha 11 de octubre de 1645, el rey Felipe IV mandó que los virreyes y presidentes de las Audiencias de las Indias, con asistencia de los fiscales y oficiales de la Real Hacienda, se vendieran los cargos de Escribano Mayor de Visitas, de Tasaciones y Padrones; el de Contador de Cuentas Reales y Particiones que llamaban de Resultas, para las cuentas reales, penas de cámara, papel sellado, albaceazgos y tutelas; y el de Defensor General de Bienes de Difuntos y de Menores. En virtud de tal cédula, el presidente de la Audiencia de Guatemala, don Diego de Avendaño dio orden a los oficiales reales de la caja de Guatemala para que sacaran “en pregón y pública almoneda” tales cargos.
Antes de emitida esta cédula no existía esta división de contadores de cuentas, era solamente un cargo: el de Contador de Cuentas Reales, de albaceazgos, tutelas, particiones, papel sellado y resultas de estos. Por diversas circunstancias, este cargo se dividió en dos, uno de Cuentas Reales y Penas de Cámara; y el otro de todos los Tribunales y resultas, así como del Juzgado de Bienes de Difuntos.

7Diego Ruiz de Arteaga hizo postura al cargo de Contador de Cuentas de todos los Tribunales de la ciudad de Guatemala, Bienes de Difuntos, Albaceazgos, Tutelas, Particiones, Papel Sellado y Resultas en las que no se incluían las cuentas de la Real Hacienda, y se le remató en 6,000 tostones, que pagó el 4 de mayo de 1647. Por lo tanto, el presidente de la Audiencia de Guatemala le despachó título el 22 de mayo de 1647, con la condición de que obtuviera la confirmación del mismo dentro de los siguientes cinco años. Por medio de la cédula del 13 de noviembre de 1648 se confirmó y aprobó el remate que se hizo en Ruiz de Arteaga del título de contador de los tribunales, y se recibió la confirmación original en Guatemala, el 19 de agosto de 1649.

8Antes de ser nombrado Contador de Tribunales, a fines del año 1646, Ruiz de Arteaga era administrador del convento de monjas de Santa Catarina Mártir, de la ciudad de Guatemala, y realizó varias transacciones a favor de dicho convento. Seguía siéndolo en julio de 1651.

9En el pueblo de Chiquimula de la Sierra, el 3 de julio de 1646, Diego Ruiz de Arteaga, conforme a la cédula real que trataba sobre la renuncia de los oficios, renunció su cargo de escribano público y de visitas del corregimiento de Chiquimula de la Sierra en Matías Fernández de la Paz.

10El 27 de diciembre de 1630, Diego Ruiz de Arteaga, escribano público y de visitas del corregimiento de Chiquimula de la Sierra, que estaba en la ciudad de Guatemala, otorgó carta de dote de su prometida Eugenia Ruiz, hija legítima de Gaspar Ruiz, vecino de dicha ciudad, y de Cecilia de Lerín, ya difunta. La dote fue de 5,000 tostones.

11No estamos seguros si es un homónimo o bien fue el mismo Diego Ruiz de Arteaga quien estuvo casado con Catalina de Natera, en Chiquimula de la Sierra. En diciembre de 1631 Elvira Pérez, madre de Catalina, reclamó como suya la herencia de su hija quien falleció sin sucesión y nombró por heredero a su marido Ruiz de Arteaga.

12Tal vez para agradar a su mujer, Eugenia, en enero de 1640 Ruiz de Arteaga se endeudó con Julio Corleto por la suma de 481 pesos, por la compra de 18 onzas y 4 ochavas de perlas de medio rostrillo.

13En febrero de 1640, Ruiz de Arteaga y su mujer Eugenia Ruiz otorgaron su testamento y mandaron fundar una capellanía por las almas de ambos, con el capital de 2,000 tostones, cuyo patrón sería el sobreviviente de los dos, y luego a Diego Llorente, su compadre; el capellán sería uno de los hijos de éste que quisiera ser clérigo y que se pudiera ordenar bajo el auspicio de esta capellanía. El albacea y heredero lo sería uno del otro.

14Ya viudo de Eugenia Ruiz, casó en la ciudad de Guatemala el 19 de febrero de 1651 con doña María de Lambarri, hija legítima de Carlos de Lambarri y doña Violante de Escobar. En noviembre de 1653, doña Violante y su hijo Carlos cedieron como dote a doña María una labor sembrada de trigo de 10 caballerías de tierra, incluyendo un sitio de estancia, situada en el valle de Pinula.
Tampoco tenemos información de la fecha de la muerte de Ruiz de Arteaga, pero al principio de 1655 su viuda, doña María de Lambarri, inició un pleito ejecutivo contra el albacea de su marido, Marcos Avalos de Rivera, regidor y depositario general de la ciudad de Santiago de Guatemala. En una cláusula de su testamento, el difunto marido dispuso que se le dieran 12,000 tostones a varios mercaderes y “personas seguras” para que los utilizaran en sus transacciones comerciales, y que su viuda pudiera obtener “justas y permitidas ganancias” anuales que le servirían para su alimentación y dote, para el estatuto social que quisiera tomar. Sin embargo, el albacea Avalos no había hecho lo mandado por el difunto, y la viuda pidió que se librara mandamiento de ejecución contra el dicho albacea y sus bienes. Esto incluía los intereses del dinero mencionado y otros bienes. La Audiencia falló a favor de la viuda el 6 de enero de 1655.

15Unos meses después, el 27 de marzo de 1655, la viuda de Ruiz de Arteaga casó con el tesorero oficial real de la caja de Guatemala, don Agustín Matute del Castillo, quien había otorgado carta de dote, por 12,948 pesos, el día anterior.
Este polifacético personaje también realizó varias transacciones personales en el mercado de la ciudad de Santiago de Guatemala. Fue fiador de un mercader, el 24 de noviembre de 1625, en virtud del poder que le confirió Gabriel Mejía, vecino de la ciudad de Santiago de Guatemala, se comprometió a pagar 500 tostones, por valor de mercaderías varias, a Santiago de León, vecino de la misma ciudad. Las mercaderías fueron: güipiles, naguas y mantas.