Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica

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Pocos datos precisos se conocen sobre Pedro Antonio Solares. De acuerdo con el testamento que otorgó en la ciudad de Heredia, el 30 de septiembre de 1823, cuando casó con Casimira Sandoval su fortuna ascendía a 40.189 pesos; en el momento de su muerte, el patrimonio fue estimado en 84.724 pesos. El incremento indicado puede explicarse como resultado de las diversas actividades empresariales en que participaba Solares, en el contexto del crecimiento económico y demográfico que caracterizó al Valle Central de Costa Rica desde la segunda mitad del siglo XVIII, basado en una constante y sistemática colonización agrícola campesina.

2Aunque se desconocen las razones por las cuales Solares se radicó en Heredia, y no en Cartago, quizá su decisión estuvo motivada porque el crecimiento antes referido se concentró en el occidente del Valle Central, y no en Cartago. Ahora bien, el hecho de que escogiera Heredia y no San José (la futura capital costarricense) podría explicarse porque – por la época en que Solares llegó a Costa Rica – Heredia todavía aventajaba a San José en términos económicos y demográficos.

3En 1803, Solares fue Administrador de Correos, en 1814 fue uno de los electores de Costa Rica y Nicoya que debían escoger al diputado a las Cortes españolas y a los representantes en la Diputación Provincial de Nicaragua y Costa Rica, y en 1821 ocupó el puesto de Alcalde de Heredia. Entre finales de marzo e inicios de abril de 1823, Solares suministró 1000 pesos para financiar la movilización de las tropas heredianas a favor de la anexión de Costa Rica a México. En ese momento, la sociedad asentada en el Valle Central estaba dividida entre los partidarios de una forma republicana de gobierno, predominantes en San José y Alajuela, y quienes se identificaban con el imperio de Agustín de Iturbide, concentrados en Cartago y Heredia.

4Dueño de una amplia casa en el centro de la ciudad de Heredia, de una tienda y de otras valiosas propiedades inmobiliarias, ubicadas en esa misma ciudad, Solares también fue prestamista y dueño de un barco llamado “San Benito”. En 1805 participó en el remate de los bienes de varias cofradías, gracias a lo cual se convirtió en propietario de una hacienda y de abundante ganado vacuno y caballar. Poco tiempo después, en 1807, se remataron los diezmos de Costa Rica –a excepción del tabaco–, los cuales fueron adjudicados por 1750 pesos a Toribio Ramírez, quien ofreció a Solares como fiador. En ese mismo año, Solares también fió por 2000 pesos a Mariano Valenzuela como administrador de la Factoría de Tabacos, quien desempeñaba este cargo desde abril de 1794.

5Además, tenía una valiosa red de contactos dentro y fuera de Costa Rica; entre los externos, destacaban el comerciante Juan Antonio Aqueche, alcalde primero de la ciudad de Guatemala en 1814, Manuel María de Castro y Lorenzo Moreno en Guatemala, el coronel Joaquín Arechavala en León y con Antonio Mantilla y Pedro Ortiz en Santiago de Veragua.

6En cuanto a su descendencia, las principales herederas de Solares fueron sus hijas Micaela Casimira, quien casó en 1825 con Rafael Moya Murillo, Jefe de Estado interino de Costa Rica entre 1844 y 1845; Florencia (1802-1884), casada con Nicolás Ulloa Soto (1799-1864), Jefe de Estado electo de Costa Rica en marzo de 1835 (renunció sin tomar posesión del cargo); Teresa, esposa de José Salina Zamora, diputado del Congreso de Costa Rica, y Melchora, la menor, quien al parecer permaneció soltera. El hijo Pedro José Solares, nacido en 1798 en Heredia, murió soltero en 1824. Antes de esa fecha, Pedro Antonio Solares había tenido tres niños que murieron antes de cumplir los dos años de edad: María Antonio, Jose Emeterio y José Ignacio del Pilar.

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