Ficha n° 3950
Creada: 09 mayo 2015Editada: 09 mayo 2015
Modificada: 12 mayo 2015
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Autor de la ficha:
Christophe BELAUBREPublicado en:
ISSN 1954-3891Memoria para abrir las Sesiones de la Junta de Gobierno del Consulado de Guatemala
- Palabras claves :
- Prensa, Artículo, Folleto, Fomento, Agricultura, Comercio, Tributo, Indígenas
- Autor:
- Luis Pedro de Aguirre
- Fecha:
- 1801-05-11
- Paginas:
- 7
- Texto íntegral:
-
1
2El Correo mercantil de España y sus Indias, lunes 11 de mayo de 1801, N° 39, (fol. 298)
3Memoria que para abrir las Sesiones de la Junta de Gobierno del Consulado de Guatemala en el año de 1800, escribió y leyó su Secretario interino Don Luis de Aguirre, Nueva Guatemala, por don Ignacio Beteta.
4El benemérito Autor de esta Memoria que tenemos a la vista, y de la que vamos a dar un extracto, toma por lema un pasage del proyecto económico de Vard1 en que dice: Lo que importa a la Monarquía Española aumentar su población con un ingreso de doce a quince millones de individuos útiles no se puede ponderar; y lo que conduce a promover la agricultura, fábricas, artes, manufacturas, industria, y generalmente todos los intereses del Estado el tener en sus propios dominios el consumo mas abundante y rico del mundo nadie lo ignora. Antes de hablar del punto principal de su Memoria recorre rápidamente otros muchos asuntos de común interés que dice no ha hecho objeto de su trabajo, porque ya lo han sido de la solicitud y celo del Consulado.
5“Hablaria, dice, sobre la nulidad de hacer navegables los ríos y la necesidad de mejorar los caminos, persuadido de que la facilidad de los transportes es el principal medio de fomentar el comercio; pero me encuentro con que el primero es un asunto que no solo ha costado a esta Junta las mas cuidadosas tareas, sino que habiendo encontrado arbitrios para vencer quantas dificultades se han presentado, solo pende del trono la determinación de si la navegación del Motagua, que es el mas proporcionado2, debe correr por cuenta de la Real Hacienda o del Comercio; y que al segunda obsta la escasez3 de fondos, sin los quales ni pueden allanarse las colinas, ni hacerse transitables los barrancos, ni despejarse las montañas, ni fabricarse puentes, ni construirse ventas, ni hacerse otra cosa alguna que suavice y haga menos sensibles las penalidades que ocasiona un viage.”
6“ Yo expondría la indispensabilidad de aumentar la agricultura para que florezca el comercio, y de solicitar el exterminio de las trabas que impiden sus progresos; pero veo que casi imposibilitaba aquello la corta población de un reyno que teniendo mas de 74 mil leguas geográficas de extensión apenas es habitado por millón y medio de almas, y sobre esto no puede este cuerpo haber procedido con más (fol. 299) eficacia, siendo sobrados testimonios de esta verdad las repetidas instancias con que se solicita la conclusión del pleito pendiente en la Corte sobre alcabala doble: el vigor con que se han expuesto los fundamentos que resisten el pago de la reventa, y la energía con que se han representado y se trata de volver a representar a este superior Gobierno para que se suspendan las gavelas establecidas nuevamente en la Intendencia de Leon4.”
7“yo procuraría averiguar qual de las partes del problema de si las minas son o no útiles a la Nacion y al Estado es la mas verdadera, y expondría mil causas que tienen ligadas con unas coyundas casi invencibles las manos de los agricultores y comerciantes de esta Capital y su distrito, y los medios de vencerlas; pero sobre lo uno me halo con que ya este Cuerpo celoso, inclinado desde luego a la afirmativa como mas fundada a pesar de los que atribuyen a las minas de Indias no solo el ningún adelantamiento de estas, sino el deterioro de la Metropolí, trata con seriedad de informar al Gobierno sobre los medios de su fomento, y en quanto a los ultimos que este Consulado tiene representado difusamente al Rey5 en cumplimiento de una Real Orden6; que es el mayor testimonio que puede tener Guatemala del aprecio que merece y lugar que ocupa en su soberano corazón, y cuyas resultas espero proporcionen la felicidad de estos sus amados vasallos.”
8“Me esforzaría en fin, á dictar medios para el fomento del comercio ultramarino en los casi infinitos renglones y producciones del Reyno, pero las circunstancias actuales de guerra me hacen desesperar de todo acierto, confiando solo en el éxito que tenga el expediente que tenemos pendiente, y se ha instruido con motivo de otra Real Orden recentísimo7”.
9Entre tantos objetos de la mayor importancia, y tantas trabas y dificultades como se presentan por todas partes, cree el Autor que lo que se debe intentar principalmente es fomentar la agricultura y el comercio interior. Se quexa, con razón, de que en el dia aquella y este (fol. 300) estén reducidos al cultivo y tráfico del añil. Hace ver que el estanco que padece este en los años de guerra ha de venir a aniquilarle. Que el que se cultiva en Caracas y el que se trata de cultivar en otras partes, de donde conducido a Europa podrá venderse á precios mas comodo que el de Guatemala, es preciso cause gran perjuicio a este, de donde pronostica que sucederá al añil lo que ha sucedido al cacao8. “Este fruto, dice, que tenia en otro tiempo el lugar que ahora el añil, nos vemos obligados a introducirlo ahora, aun para nuestro consumo, de otras Provincias en gruesas cantidades, y de calidad menos apreciable que el que nuestras tierras producían. Las siembras del algodón han ido en diminución: en las lanas se experimenta considerable descuido; en fin, todos los frutos, todas las producciones exquisitas de estas Provincias que podían ser las mas ricas de ambos mundos, no los deben la atención que se merecen”.
10El Correo mercantil de España y sus Indias, jueves de mayo de 1801, N° 39, (fol. 306)
Concluye la Memoria leida en el Consulado de Guatemala11Sentada la necesidad de dar mas variedad y extension a la agricultura y al comercio interior, y la de facilitar que para ello presta la feracidad del terreno y clima de Guatemala, pasa el Autor a hablar de los medios de conseguirlo. “Es mas natural, dice, el mas [palabra ilegible] y el mas seguro, es el que hagamos a todos los habitantes del Reyno agricultores y comerciantes, haciéndolos participar de nuestras necesidades y comodidades, y dirigiéndonos principalmente a sacar a los pobres Indios de la miseria en que hallan abatidos, aumentándose sus necesidades crezca el cultivo de sus almas y de sus cuerpos, y de este modo se disminuya su indigencia. Tengo algunas noticias positivas de la vida trabajosa que pasan y del abandono en que mueren.”
12“No hay razón para que seamos tan inhumanos, que permitamos sin condolernos una distinción tan formidable entre individuos de nuestra misma especie. No hay tampoco para que los tengamos por de distinta. No me atreveré yo a ensalzar a los Indios al sublime grado de su extremado defensor el Conde Carli9, ni a abatirlos a los términos escandalosos de Mr. De Paw10; pero si creo que ni tan ilustrados como asegura el primero, ni insociables como quiere el segundo, son capaces de un perfecto gobierno económico, y susceptibles de quantas reglas quieran dictarse para una Nacion culta. Como a nosotros mismos gusta la ociosidad, a pesar de que conocemos que nos perjudica, agrada a los Indios, con la diferencia de que estos por el mismo abatimiento con que se juzgan inferiores a todos los demas hombres en tanto grado, que a mi modo de entender se consideran incapaces de poder aspirar a otro mal alto de representación, no se esfuerzan como nosotros a adquirirlo.”
13“Es indispensable imbuir en los Indios aquella emulación con que el hombre mas justificado no quiere ser menos que otro hombre, para que apartándose asi de la holgazanería en que viven, por adquirir las cosas que han menester, y ahora no echan menos, trabajen, y aumentando el consumo fomenten la agricultura y el comercio”. Pero aun esta misma precisión de trabajar quiere el Autor que se introduzca con disfraz. Le parece que el modo de lograrlo seria hacer quantas diligencias fuesen practicables para que los Indios se sirviesen del vestido, calzado, y muebles de que se sirven los Españoles.
14“ Conseguido esto, dice, precisamente se han de aumentar las siembras de algodón y entablar las de lino y cáñamo, de que regularmente han de fabricarse los lienzos y mucha parte de los generos se ciudará de que crezca el numero de ganado menor, de cuyas lanas se han de texer paños, hacer sombreros etc se aumentara la cria de ganado mayor (fol. 307) para que haya suelas para zapatos y cueros para mil cosas en que nosotros las consumimos, y de que, como ahora están los Indios, no necesitan, siguiéndose de aquí la abundancia de carnes que ahora no hay, y la multiplicación de curtidurías: crecerá el numero de telares de todas clases, en los que siendo regular que al principio se fabriquen ordinarios los géneros, se venderán mas baratos, facilitando sin duda alguna esto el que puedan comprarlos a los indios; y que les es natural, se irán perfeccionando las fabricas; y aunque entonces crezca el valor de los efectos, ya la misma necesidad les hará esforzarse a comprarlos.
15Se aumentará el ganado caballar y mular por la misma precisión de transportar las primeras materias y los generos de unos pueblos a otros: tratan de mejorarse los Indios a si mismos; pues teniendo bestias suyas o costándoles poco, como es regular, habiendo muchas, los fletes en agenas, no llevaran las cargas sobre sus espaldas, como ahora lo hacen; habra facilitad de mejorar los caminos, pues todos los pueblos tendrán interes en que los suyos siendo cómodamente transitables les proporcionen todo lo que necesiten: se dará estimación a los tesoros que tenemos en nuestras montañas, apreciándose sus maderas para sillas, camas, y demas muebles indispensables! Se trabajará todas las minas, las de oro y plata para que aumentándose el numerario den curso a todo el comercio; y las de fierro y demas metales para herramientos e instrumentos de que precisamente necesitan los artesanos.”
16“Se aplicaran muchos al trabajo, viendo que les es indispensable para socorrer sus necesidades: se aumentará la sociedad, de esta resultará la civilización y la extension de la lengua castellana, cuya ignorancia en la mayor parte de los Indios, nos hace abstenernos de su trato: resultara la instrucción necesaria en nuestra religión y el arreglo de costumbres; de aquí la hombría de bien, la buena fe, y otras mil ventajas políticas. Resultara…. ¿Pero donde voy? Resultara la felicidad del Reyno, de la Monarquía Española, y de otras muchas. Del Reyno, porque con solo ver a los Indios en este grado de estimación y cultura, todas las demas castas, por el común, aunque falso capricho, que solo en este caso pude producir utilidad, de que son de superior jerarquía que la India, por sostener este concepto han de vertise y aplicarse mas que los Indios, y resultara vestido el millón de desnudos que se regulan en su distrito. De nuestra España, por lo que esta interesa en tener vasallos industriosos y trabajadores; y de otras Potencias, porque la felicidad de una no dexa de comunicarse hasta las mas remotas por el comercio. Todos estos y otros inumerables buenos efectos serán consequencias precisas de que los Indios se tratasen como nosotros nos tratamos.”
17(fol. 308)
18En los medios de conseguirlo es en lo que el Autor reconoce la verdadera dificultad de su pensamiento. Se hace cargo de las Memorias publicadas por la Sociedad de Guatemala sobre el mismo objeto11 elogia su mérito y la oportunidad de los medios que en ellas se proponen, sobre los que añade algunos de su invención que hacen el complemento de su Memoria.
19“Me persuado, dice, que se adelantaría mucho con establecer ciertas distinciones entre los Indios Justicias. En muchas Villas y Lugares de España se elige un Alcalde ordinario por el Estado noble y otro por el plebeyo. Del mismo modo convendría representar al Gobierno hiciese las prevenciones convenientes a los Intendentes, Corregidores y Alcaldes mayores, para que en todos los pueblos de Indios dispusiesen que uno de los Alcaldes fuese calzado y el otro descalzo, con declaración de que ante el primero pudiesen ser demandados todos los Indios calzados y descalzos, y ante el segundo solo los descalzos. De este modo se conseguiría que no solo los Indios procurarían calzarse por aspirar a la vara principal, sino que todo el pueblo por tener menos Jueces que le mandasen y ser del Departamento distinguido procuraría calzarse, con cuyo arbitrio no seria menester dentro de pocos años nombrar Alcalde descalzo.”
20“ Otro medio mas general y mas fixo me ocurre para conseguir el fin propuesto. Solo quien no conozca a los Indios ignoraba la repugnancia con que pagan el tributo, y los terribles perjuicios que por él sufren. Por el tributo se huyen muchos de sus mujeres, abandonan a sus hijos, se pasan a lugares distantes o se mantienen en despoblados uniéndose con otras mujeres de quienes hacen hijos adulterinos. Como a los Indios Justicias se les hace cargo por los individuos empadronados en las numeraciones o rateos de cada provincia, se ven precisados a vagar por pueblos, haciendas y desiertos, para recaudar los intereses reales y comunes, y no lo consiguen, y tal vez aunque lo logren, vuelven a sus pueblos y hacen a los Indios que se mantienen en ellos y ya han pagado, a las mujeres, a los indizuelos menos de 18 años, y a los ancianos menores de 50 completen lo que les falta, a lo que ellos quieren, no solo del tributo sino del interes de comunidad, obvenciones de curas y otras contribuciones que tienen repartidas a cada tributario, sin que el zelo de las Justicias mayores baste a exterminar estos abusos (fol. 309), pues rara vez o nunca llegan a sus oídos los lamentos de los oprimidos.”
21“Aun prescindiendo de los casos practicos que he visto no es menester mas prueba de la certeza de este aserto que una breve consideración de la pobreza de los Indios Justicias, y de la falta de arbitrios justos para adquirir lo que por sí ni pueden ni deben pagar, y esto aun no admitiendo con la generalidad que muchos, la voz de que enriquecen con las varas a costa del pueblo, lo que aunque no sea cierto es preciso lo sea, que a los menos exigen de él, quizá con menos injusticia que otras contribuciones, su manutención y la de su familia el año que sirven, cuya mayor parte invierten en los cobros, pues estos les impiden trabajar, y no tienen rentas que les rindan lo que han menester. En una palabra, por el tributo y contribución a su Comunidad, que en muchas partes por diversas causas, sin embargo de lo que previenen las leyes de Indias, se les exige el dinero, sufren los Indios imponderables trabajos, no por la entidad de estas qüotas, que generalmente hablando, puede asegurarse que no pasan de veinte reales anuales en cada tributario, estando libres aun del pago de diezmos y primicias, y contando con los caudales de comunidad que tienen el fin benigno de socorrer a estos infelices en sus miserias, despues de que sus ingreso debe provenir de las siembras, con lo que que les instruye en la agricultura, sino por el modo con que se les exigen, y porque como queda insinuado, a estas contribuciones justísimas se quieren agregar otras que no lo son, y cuya injusticia les hace insoportables las primeras.”
22“De todo se infiere lo inestimable que sera para un Indio la exencion del tributo, pues ella sola le redime de tantos males, y por lo mismo que el interés de conseguirla le hará entrar por quantos caminos se quiera. Se podía, pues, suplicar al Rey que la concediese total a todo Indio que estuviese vestido y calzado, y con muebles como los Españoles y lo mismo su familia; y de medio tributo al que la tuviese solo calzada y vestida.”
23El autor pasa inmediatamente a deshacer la objeccion que a qualquiera ocurrirá contra su pensamiento. “Es verdad, dice, que por lo mismo que la exencion de tributos produciría en poco tiempo el vestido de todos los Indios, dentro de pocos años cesaria enteramente el ingreso que por este ramo tiene la Real hacienda, que graduo no puede llegar en este Reyno mas que 200 mil pesos anuales; pero también lo que que el vestido de los Indios dexaria mucha mas utilidad al Real Erario.”
24“Aunque no se regulen mas que veinte pesos de gasto en cada año a cada persona de las que ahora están sin vestirse, que es bien poco, inclusas todas las menudencias que se necesitan, se aumentaría el consumo en cada uno en veinte millones de pesos; y aun quando (fol. 310) todo este comercio se hiciera por mano de solos los Indios, y no cobrara el Rey mas que uno por ciento de barlovento, que es con o que estos referidos, y con las ventajas de la uniformidad en los cobros; y por consiguiente de poder reducir mucho el número de empleados, pues los mismos que ahora exigen la alcabala la cobrarían entonces.”
25“Si sentamos, como debemos, que este comercio no lo pueden hacer los Indios, sino que lo hiciesen los Españoles y mulatos que pagan el 4 por 100 de alcabala, recibirá el Real Erario 800 mil pesos anuales; y si graduamos que la mitad del comercio lo hagan los Indios y la mitad notros, sera el ingreso de medio millón de pesos. Este aumento podrá también reintegrar a las comunidades del menor que tenían, y cuando no se quisiese se podría hacer que los Indios pagasen en lugar del I el 11/2 ó el 2 de barlovento; pues la contribución les es de este modo menos sensible, que por exacción personal por sus justicias.”
26“No dudeos Señores, concluye nuestro Autor, que si este Consulado eleva a L. P. del trono este proyecto, en cuyo caso pueden extenderse mejor, será muy grata a S. M. esta solicitud, por dirigirse al aumento del comercio, cuy benigno protector se ha declarado, y al bien de los Indios a quienes ha visto siempre con ojos paternales; y de lograse ambas cosas tendré la satisfacción de haber sido con este corto trabajo útil a la Patria, por cuyo bien lo he emprendido.”
27Notas de pie de páginas
281 Se trata del economista de origen irlandés establecido en España Bernardo Ward cuyo Proyecto económico se publicó en 1779 algunos años después de su fallecimiento. Ward estuvo al servicio del rey Fernando VI. Véase Bernardo Ward, Proyecto económico. Edición de Juan Luis Castellano Castellano. Madrid, Instituto de Estudios Fiscales, 1982 y Bernardo Ward, Proyecto económico. Presentación de José Ángel Sánchez Asiaín. Consideraciones preliminares de Julio Caro Baroja. Madrid, Banco de Bilbao, 1986. Edición
facsimilar de la de 1779.292 [Nota presente en el original] Memoria del Secretario Don Joseph Ignacio Palomo del año de 1796, extractada a continuación de la que leyó en 99 Don Alexandro Ramirez, que corre impresa. – Véase también la Relacion que el Ingeniero Don Antonio Porta dirigió al Superior Gobierno, que se dio a la prensa en 92.
303 [Nota presente en el original] Los que han entrado en las arcas del Consulado en todo el año de 1799 no han alcanzado ni para sus gastos ordinarios.
314 [Nota presente en el original] No ha tenido el Consulado de traba alguna o impuesto que grave a la agricultura o al comercio, por cuya suspensión no haya representado inmediatamente.
325 [Nota presente en el original] Con fecha de 2 de junio de 98.
336 [Nota presente en el original] De 10 de Mayo de 1797, en que entre otras cosas manda S. M. “se le informe quales son las causas que tienen tan entorpecido el comercio de estas Provincias, y que obras son las mas necesarias para facilitar su circulación con un computo prudencia de su costo.”
347 [Nota presente en el original] De 20 de Abril de 99, en que se deroga la de 18 de noviembre de 1797, que permitia hacer expediciones a América desde los Puertos neutrales.
358 En Representación de 2 de junio de 1798 entre muchas cosas conducentes a la fecilidad del Reyno, se propuso a S. M. un arbitrio útil y sencillo para el restablecimiento de cacaos, reducido a que a cada pueblo, baxo ciertas reglas, se den de los fondos de la Comunidad que ahora están a reditos dos o trescientos pesos en este fruto para siembras. Se probó que con solo esto y el trabajo de cada pueblo de los situados en climas favorables, de 4 a 6 dias al año, dentro de pocos se bastará con un cacaotal de 20 mil pies que le producirá mas de 1 mil pesos anuales, que podrían dividirse en dos partes, la una para los Indios particulares para que perciban de bulto el premio de su trabajo, y la otra para los fondos comunes, con cuyos crecidos ingresos se podrá sin tocar a los antiguos, establecer escuelas, cabildos, boticas, dotar Médicos, etc – Ofreció el Consulado echar sobre si la carga de correr con este proyecto, afianzando con sus fondos los de Comunidades que para el efecto se le confiasen – Sobre este ramo de agricultura ha impreso últimamente la Sociedad una Memoria digna del mayor aprecio, compuesta por el Canónigo Magistral de Esta Me