Ficha n° 4118
Creada: 17 noviembre 2015Editada: 17 noviembre 2015
Modificada: 17 noviembre 2015
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Autor de la ficha:
Christophe BELAUBREPublicado en:
ISSN 1954-3891El colega Roberto García publica en la Revista de Historia de América un número especial sobre Jacobo Arbenz
- Palabras claves :
- Revista, Artículos, Arbenz
- Tipo de noticia:
- Novedad bibliográfica
- Lugar:
- Panamá
- Fecha:
- 17 de noviembre de 2015
- Resumen:
-
Presentación del dossier
Washington D.C., Estados Unidos, 30 de junio de 1954. El Secretario de
Estado de los Estados Unidos, John Foster Dulles, aborda los hechos acaecidosnen Guatemala durante una conferencia televisada.Los acontecimientos de estos últimos días y meses añaden un nuevo y glorioso capítulo a la ya gran tradición de los Estados Unidos americanos. Cada uno de los estados americanos tiene motivos para sentir profunda gratitud. Todos nosotros podemos estar agradecidos de haber demostrado en Caracas una conmovedora solidaridad para respaldar nuestras instituciones americanas. […] Indudablemente el conocimiento de esa solidaridad derrotó al gobierno guatemalteco. Podemos dar gracias pues a la Organización de Estados Americanos que demostró que puede actuar rápida y vigorosamente […] Podemos estar agradecidos al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que reconoció el derecho de las organizaciones regionales para entender en primera instancia en sus propios asuntos. […] La necesidad de estar alertas no ha desaparecido. El comunismo es todavía una amenaza en todas partes. Pero el pueblo de los Estados Unidos y el de todas las naciones americanas, puedebsentir esta noche que por lo menos se ha tomado conciencia de un grave peligro. También se ha sentado un precedente que promete mejor seguridad para el futuro. […] Una Guatemala próspera y progresista es vital para un hemisferio libre. […] Así hallaremos una forma positiva de hacer de nuestras Américas un ejemplo que inspirará a los hombres de todo el mundo1.
México D.F., 7 de noviembre de 1954.
A poco más de tres mil kilómetros de la capital estadounidense, el célebre muralista mexicano Diego Rivera (1886-1957) y una de sus asistentes, la guatemalteca Rina Lazo (1923), firmaban “La Gloriosa Victoria”, mural que ocupa la portada de este número especial dedicado al golpe contra el presidente Jacobo Arbenz2. La pieza artística no sólo es la inmortalización de aquella comparecencia televisiva de Dulles cuyas líneas esenciales transcribimos. Acompañó y a la vez era parte de una corriente de artistas3, intelectuales, dirigentes políticos, diplomáticos, estudiantes, profesores, campesinos y obreros, sobre todo latinoamericanos, que expresaron de diversas formas su desagrado por lo que había acontecido con la Guatemala de Arbenz. A la vez, esa generación censuraba muy críticamente a los Estados Unidos, a quien se responsabilizó por lo sucedido junto a la United Fruit Company, tempranamente denunciada como instigadora de aquel trágico y sangriento final de la denominada “primavera democrática” guatemalteca. En toda la región, las protestas habían sorprendido a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) promotora de la operación que propició la renuncia del coronel guatemalteco.
Se trata y no es preciso detallarlo aquí, de uno de los eventos importantes de la Guerra fría global cuya proyección excedió notoriamente al continente latinoamericano4. A su vez, también se ha argumentado, marcó el devenir de la Guerra fría latinoamericana5, inaugurando un ciclo de violencia y terrorismo estatal cuyos pormenores aún no conocemos en su totalidad pero cuyo siniestro legado aún pervive en el delito continuado de la desaparición forzada en masa. Para resumir, amplio es el consenso sobre aquella experiencia que marcó un hito significativo en las relaciones de Estados Unidos con América Latina.
Por lo afirmado, constituye un tema en el cual han concentrado sus esfuerzos un amplísimo número de expertos y donde la producción historiográfica no ha dejado de crecer exponencialmente. Aunque eso aconteció desde el mismo momento en que el golpe se produjo, numerosas fuentes hoy disponibles —especialmente desde 2003— en Estados Unidos permiten describir con minuciosidad la acción de la CIA; las motivaciones del Departamento de Estado; los imperativos ideológicos derivados no sólo de la Guerra fría sino de un conjunto de percepciones y estereotipos que habían marcado las relaciones de Estados Unidos con el hemisferio desde mediados del siglo XIX; etc6.
Pese a la magnitud de las evidencias ya conocidas, en torno a la intervención de Estados Unidos en Guatemala aún pueden identificarse una amplia agenda de temas pendientes, tres de los cuales se abordan —aunque con dispar profundización— en esta publicación.
Uno de ellos es que la CIA no actuó sola: contó también con el accionar, más o menos sigiloso, de las elites locales y regionales. Las primeras juga ron su papel al ser duramente afectadas por las reformas revolucionarias; en tanto las segundas, mostraron su adversidad ante la posibilidad de que el “ejemplo guatemalteco” se extendiera. Aunque esto último constituye un elemento clave que no ha merecido todavía atención. En ese sentido, la intuición sugiere que sendas incursiones en los archivos históricos de Honduras, Costa Rica, El Salvador y Nicaragua, por ejemplo, pueden mostrar
evidencia sustantiva para iluminar aquel recordado golpe de estado en clave regional. Los documentos mexicanos han aportado elementos importantes para entender esto pero es el trabajo del colega Aaron Coy Moulton, el que más contundentemente viene a contribuir sobre lo dicho. Como este autor argumenta convincentemente tras investigar documentos por él hallados en República Dominicana, las “dictaduras anticomunistas” que rodeaban a Guatemala tuvieron un rol clave en la desestabilización de Arbenz. Incluso antes de que la CIA se decidiera a actuar en su contra: Somoza, Trujillo y Pérez Jiménez, entre otros, tenían sus propias motivaciones para hacerlo.Y es precisamente uno de los documentos que conforman su amplísimo repertorio de fuentes el que inicia este dossier temático.
A renglón seguido esa importante colaboración documental abre el espacio para la segunda contribución, que precisamente ubicamos entre otro de los grandes temas pendientes de abordaje. El mismo se relaciona con la actuación y las posiciones que las diversas cancillerías americanas emprendieron en aquella delicada coyuntura internacional. Así, la historiadora Diana Ahumada Forigua, presenta con singular claridad la conducta de la diplomacia colombiana y la forma por medio de la cual este país contribuyó activamente al aislamiento internacional del régimen de Arbenz.
Si el papel de Colombia hasta el momento no había sido trabajado, tampoco mereció profundización el otro importante caso, el brasileño, país que en la instancia regional jugó fuerte procurando secundar la posición de Estados Unidos en el ánimo de que dicha solidaridad hemisférica significase para Brasil un trato económico preferencial en medio de la Guerra fría y de las agrias disputas internas de la administración nacionalista de Getulio Vargas. Las tensiones, etapas y actores son prolija y ampliamente detalladas en el texto aquí incluido de Roberto Baptista Jr.
En una línea similar, ubicada también en la esfera diplomática, resultan importantes las valoraciones confidenciales del Embajador uruguayo en los Estados Unidos, habida cuenta de la importancia que en materia de seguridad propia el Uruguay asignaba a los estadounidenses, considerados un escudo protector para un pequeño país ubicado en el medio de dos grandes potencias regionales.
Aunque en otro plano, constituye otro destacado aporte el de los ecos y consecuencias internas que para Costa Rica tuvo el golpe en Guatemala, algo aún más entendible —y atendible— si se recuerda que José Figueres Ferrer también tenía sus propias disputas con la United Fruit Company.
Empleando prensa periódica costarricense, David Díaz y Alexia Ugalde, describen cómo los opositores a “Don Pepe” intentaron emplear los argumentos de la CIA para enfrentarlo. Paralelamente, el trabajo da cuenta de cómo el propio Figueres interpretó lo sucedido en la vecina Guatemala, impacientándose ante la eventualidad de algo similar para con él mismo.
El trabajo colectivo se cierra con otra colaboración documental y que proviene, en este caso, del archivo histórico de la cancillería de Chile, país que había destacado como embajador en Guatemala a una figura de la izquierda socialista que habría de tener una extensa y rica trayectoria, destacando además por su amistad personal con el más tarde presidente chileno —y también derrocado— Salvador Allende. En el extenso peregrinar por la política de este último, el caso Guatemala ocupó un lugar central de su acumulación “antiimperialista” y sin duda la presencia de su amigo Klein allí, contribuyó decisivamente.
Por lo demás, el documento abre otra perspectiva sobre la cual no se ha profundizado y es la relativa a las solidaridades que se tejieron desde el continente para con Guatemala. Tampoco esto debe disociarse de que fue en aquella tierra donde el Che Guevara adquirió algo más que su célebre apodo: allí fortaleció su espíritu revolucionario.
Para finalizar, todos los artículos se sustentan y componen de fuentes primarias hasta el momento inéditas, conservadas primordialmente en repositorios latinoamericanos y que vienen a corroborar, una vez más, las crecientes posibilidades de que disponemos los historiadores para continuar ampliando la rica agenda de temas, actores e ideas de la Guerra fría latinoamericana.
Montevideo, febrero de 2015.
Notas de pie de páginas
1 Énfasis propio. “John Foster Dulles on Guatemala (1954)”. Disponible en http://www.youtube.com/watch?v=02Wu8uu9X-0 , consultado el 10 de octubre de 2014. El texto en español de la conferencia en: “Comunismo internacional en Guatemala (30 de junio de 1954)”, incluido en Pla, Alberto [Antología, prólogo y notas], América Latina y Estados Unidos: de Monroe (1823) a Johnson (1965), Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1971.
2 León, Carlos Augusto, Versos ante el mural de ‘La Gloriosa Victoria’, México, 1955, en Archivo de la Familia Arbenz-Vilanova, San José de Costa Rica, Costa Rica, “Folletos varios”. El contenido del mural provocó una carta del Consejero de Prensa de la Embajada de Guatemala en México, quien acusó a Rivera de mentir. El artista aludido respondió.
Lo hizo con dureza. A la vez, y muy importante, explicó cada detalle de la obra y fundamentó la existencia de cada de uno de los protagonistas que decidió integrar al grabado. Rivera, Diego, “Yo no miento!: mis afirmaciones en el mural, son exactas”, Impacto, vol. 5, núm. 268, enero, Ciudad de México, pp. 20-21, 1955; Rivera, Diego, “Insisto! Repite
Diego: el pintor proporciona una serie de datos para demostrar que no ha mentido en el caso de Guatemala”, Impacto, núm. 270, febrero, Ciudad de México, pp. 14-15, 1955.3 Los artistas mexicanos en ese sentido fueron muy activos, especialmente los integrantes de la Sociedad de Pintores, entre quienes estaban además de Diego Rivera, David Alfaro Siquieros, José Chávez Morado y Oscar Frías. Según los informantes con los que contaba la policía mexicana, estos artistas produjeron una “gran cantidad de murales” sobre la “intervención yanqui en Guatemala y contra el imperialismo”. Archivo General de la Nación, México, Fondo Adolfo Ruiz Cortines, Caja 0861 (544.61/7-544.61/43), Partido Comunista Mexicano, México D.F., 1 de julio de 1954, p. 1.
4 Friedman, Max P., “Significados transnacionales del golpe de estado de 1954 en Guatemala: un suceso de la Guerra fría internacional”, en García Ferreira, Roberto (coord.), Guatemala y la Guerra fría en América Latina, 1947-1977, CEUR-USAC, Guatemala, pp. 19-28, 2010.
5 Greg Grandin, citado por Gilbert M. Joseph, “Lo que sabemos y lo que deberíamos saber: la nueva relevancia de América Latina en los estudios sobre la Guerra fría” en Spenser, Daniela (coord.), Espejos de la Guerra fría: México, América Central y el Caribe, Porrúa-Secretaría de Relaciones Exteriores de México-Centro de Investigaciones y Estudios
Superiores en Antropología Social, México, p. 90, 2004.6 Una tesis aún inédita aborda la importancia del caso Guatemala en el marco de la política exterior soviética hacia la región. El argumento central de la autora, que consultó extensamente fuentes primarias soviéticas, subraya que fue el derrocamiento de Arbenz el que convenció al Kremlin de comenzar a sentar las bases para una expansión de su influencia
en América Latina. Reeves, Michelle, ‘Extracting the Eagle’s Talons: The Soviet Union in Cold War Latin America’, PhD diss., University of Texas, inédita, 2014, p. 29. - Fuentes :
-
http://www.ipgh.org/spanish/publicaciones/periodicas/inrha.htm