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AFEHC : transcripciones : Tragica descripcion del lamentable estrago, que ocasionô el terremoto de el dia quatro de Marzo en este año de 1751 : Tragica descripcion del lamentable estrago, que ocasionô el terremoto de el dia quatro de Marzo en este año de 1751

Ficha n° 4256

Creada: 02 mayo 2016
Editada: 02 mayo 2016
Modificada: 02 mayo 2016

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Autor de la ficha:

David Domínguez Herbón

Publicado en:

ISSN 1954-3891

Tragica descripcion del lamentable estrago, que ocasionô el terremoto de el dia quatro de Marzo en este año de 1751

Se trata de un recuento de los daños sufridos por los principales edificios de la ciudad de Santiago de Guatemala (hoy, La Antigua Guatemala) tras los movimientos sísmicos de 4 de marzo de 1751, denominados Terremotos de San Casimiro. A lo largo del texto, alterna la crónica prosaica con poesías declaratorias en distinta métrica, acabando con un acróstico doble fonético y numérico. Contiene, asimismo, varias reseñas morales, no tanto sobre las causas de los movimientos telúricos, como del comportamiento ejemplar de varios personajes. El documento original formar parte de la colección José Toribio Medina de la Biblioteca Nacional de Chile (MC0042342). El folleto ha sido publicado por Joaquín de Arévalo. El original esta en en buen estado, aunque maltratado por la humedad.
Palabras claves :
Terremoto, Daños, Edificios, Historia urbana
Autor:
Tomás de Estrada
Ubicación:
Biblioteca Nacional de Chile, Colección José Toribio Medina, MC0042342
Fecha:
1751
Paginas:
11
Texto íntegral:

1

2[fol. 1]

3Tragica descripcion del lamentable estrago, que ocacionô el terremoto de el dia quatro de Marzo en este año de 1751. en esta Ciudad de Santhiago de Goathemala./

4Hasta quando Goathemala? Hasta quando? dexareis de ser ludibrio de la fortuna? Quando su in constante rueda, cesarà de traeros, tan à mal traer, que si alguna vez os ensalsa, es para con mayor furia abatiros? Hasta quando, por vltimo, infeliz Aurora, vuestros dorados crepusculos durarân lucientes en sus frescos albores, sin que el reververante Phebo los abrase, y el mismo, que amoroso los viuifica, los consuma con su airado, si bien radiante semblante? Pero que mal he preguntado! mexor dirè; Hasta quando Goathemala: dexareis de abusar temerariamente de la paciencia de Dios? Quando vuestro desenfrenado atrevimiento, se hartará de despreciar los abisos, que benigna os dà la Divina Misericordia? Es possible, que no valgan para vuestra emmienda, y que sean nada el amor de Dios, con que os acaricia? Nada el temor del castigo, con que os amenaza? Y que estimeis en nada su benebola Misericordia? Y que por vltimo, en nada reputeis, su airada Justicia? Pues amada Patria mia; no se diga por vos, que segun vuestro Nombre, son vuestros hechos, y os graven para vuestra afrenta, este versillo, que à otros sirviera de Timbre./

5Conveniunt rebus Nomina, saepe suis./

6Ya os acordareis Señores (si à caso hizisteis caso) de que en aquella Descripcion, que con mis siempre mal hilados periodos, recitê de aquel fatal Æquinoctio del Septiembre passado del año de 1749 dixe: (con harto horror lo refiero) que viviessemos con cuidado, no fuera aquella
tribulacion, corrêo adelantado por la posta, que nos viniesse á dar la noticia de nuestra perdicion. O y como quisiera yo que se huviera falcificado! pero quiza para mi mayor confussion lo veo verificado, y tanto: que el discurso deliria, la memoria se confunde, la voluntad se ata, los ojos ciegan, la lengua emmudece, los oidos se embotan, las manos se entorpesen, y el aliento falta; y en fin, ni el alma con sus potencias, ni el cuerpo con sus sentidos, sabran explicar vn apice de lo sucedido: por que no ai memoria para tan tragicos recuerdos, ni entendimiento, que dis-//

7[fol. 2]

8curriendo los dè à conocer, ni voluntad, que quiera experimentar, ni aun la apariencia de tal estrago, ni ojos para ver tales lastimas, ni lengua para explicarlas, ni oidos para escuchar tantos hayes, ni manos para tocar tanta ruina, ni aliento para respirar en tantos ahogos. Pero pues me hallo obligado de las instancias de varios Amigos mios, que ciegos de su passion, me honran diciendo, que dessean ver de mi mal tajada pluma la descripcion, de lo mismo que està escrito por tantos eruditos Uarones, quantos de ello han tratado, y con tal Magisterio, que (sin hipocresia) confiesso ser tal el pudor, que me asiste, à vista de tan doctas obras, assi en verso, como en prossa, que todos han alabado, y yo he estimado como â hijas de tan venerables progenitores, que puedo decir con razon: Promissi quod implere noa possum. Y mas quando sê claramente, que hasta los sin lengua, diràn entre si, que: Facilius est inventis addere. Por tanto, atropellando riesgos, menospreciando chismes, y haciendome desentendido (aunque me apredreen) haré possible, el cumplir con el precepto de decir, lo que ojala nunca se ofreciera en lo que si fuere lato, dispensenme, por el deseo de ser claro: pues si pretendo ser brebe
hallo que: Dum brevis esse lavoro obscurus fio. Y para tan demedida fatalidad, son bien necessarios dilatados paragraphos./

9A que estêmos vigilantes (como tambien entonces dixe) por que ignoramos el dia, y la hora: nos exhorta Christo por San Matheo, en la Parabola de las Uirgines; pero no assi estabamos aquella mañana de el dia 4. de Marzo (segundo Juebes, en que con tierno recuerdo nos re-
presentaba nuestra Madre la Iglesia, la passion y muerte de Nuestro Redemptor) pues quando mas descuidados, y quizà quando mas de pie en los vicios, despreciando protrerbos, tan provechosa memoria, surcabamos al parecer viento en popa, el proceloso pielago de este mundo; quando mas placentero à n[uest]ra vista, se representaba esse refulgente Titan, que poblando triumphante los Celestes alcazares, ocupaba el Emispherio; entonces (O hora la mas funesta, que ha escuchado Goathemala!) á las 8. del dia, quasi á los primeros toques de la campana, conjurada la tierra contra sus havitadores, cansada ya de sufrir sobre sus bastos ombros el peso de nuestras culpas, (que hasta lo insencible se atendia, con repetidas molestias) si no es que diga (permitiendome la venia) que avergonsada como madre nuestra, de que el Cielo tubiesse tan patentes nuestras iniquidades, procuraba vajo la capa de piadosa, ocultarnos tirana en el seno de sus entrañas, ô quiza arrepentida de llamarse Madre de tan ingratos hijos, pretendia expelernos con interior impulso, enagenandonos, y desterrandonos á la eterea Region, para que alli el viento de nuestras vanidades estubiesse como en su centro, ô (lo que es mas cierto) el igneo//

10[fol. 3]

11impetu que en sus lobregos concauos, se introduxo activo, talô tirano los subterraneos campos, como astuto enemigo, disponiendo la mina, para darnos el asalto á los improvidos militantes de la tierra: causa por que ahitada la tierra, se movia como herrante Uaxel, despedido de las borrascosas o las de Neptuno: y mas quando (por nuestra desgracia) tiene Goathemala la perniciosa comitiva de essos mostruosos mongivelos, que cada breve tiempo, nos anuncian nuestra destrucion, y de continuo alla entre si:/

12Illi indignantes magno, cum murmure montis, circum claustra fremunt./

13No de otra suerte la tierra, que dando vn horroroso gemido, con vn formidable empujon, vanbaneó, desquiciô, y trajo al suelo en el breve espacio de vn minuto, las torres mas encumbradas de los sumptuosissimos Templos de esta Ciudad, y de camino, á imitacion de las mayores, cayeron muchas de las menores, que contiguas se inherian en los edificios (tanto puede el bueno, ó mal exemplo, pues hasta en lo insensible, siguen los minimos las huellas de los Superiores) de suerte, que para hacer mas deplorable la ruina, quedaron algunos, no por preciarse de remissas; antes si por acreditarse de humildes, y aun quizâ desconsoladas por hallarse solas, se inclinan à caer: porque quando mas delesnables, quieren dar a conocer su fineza, precipitandose â desplomarse, para ser fieles consortes de las otras, en la suerte de tan lamentable trabajo; el que para explicarlo con alguna extencion, lo dividirê comenzando por
esta Santa Iglesia Metropolitana (si es que el raudal de mis ojos, reprimiendose, me da paso para proseguir la amarga jornada de esta mi trágica descripcion) y en tanto que tu, ô Prudente Lector, preparas el animo para no fallecer en tanta pena, oye estas tristes Endechas, en las que por el sentimiento de mi afecto, se suplirá la notoria confucion de su sentido./

141. Cayô de Goathemala,/
à pesar de si misma,/
de su sobervia fabrica,/
la Maquina pulida./
2. Las Diaphanas Espheras/
poblaba presumida/
qual Icaro al Palacio/
de Apolo ya vezina./
3. Pero ô tirana suerte,/
infausta quanto esquiba!/
que al registrar sus atomos/
al mar se precipita./
4. A un Occeano da penas,/
donde en funebre Pyra/
celebra en caida tanta/
exsequias de su Uida.//

15[fol.4]

16Al horrendo quanto formidable estrepito del terremoto, cayò el Simborrio de la Matriz, quien como tan agigantado en sus medidas (aunque sin desproporcion) divagandose á pedasos por los seis vernegales vezinos â la Torre los apremió fuertemente aforsejando á traerselos consigo, quisa temeroso (como prudente general de tan lucida armada) de que viendose sin cabeza, desamparasen en ocasion menos presisa el puesto ô lo que me parece mejor, los hombros de la Iglesia flaquearon al mismo tiempo, que la cabeza delireaba, y con razon, pues: Dolente capite cætera membra dolent. Quien dixera; pero ni aun imaginara, que en el brevissimo instante de vn minuto, y este no cabal, avia de quedar esse lucidissimo Pantheon tan desolado? Aquel bellissimo Cruzero, que á mi vèr, era emulacion de los siglos? Aquella prespectiba, en que se apuraron los mas pulidos diceños de la arquitectura? Aquellas lineas, y tamaños, tan sin tamaño, y de tan desmedida comparacion? y esta tal, que la maior ponderacion es dejar de ponderarla. Y no me noteis Señores, de hijo apasionado, que devo á Dios, el favor de confessar, quando los conosco mis proprios defectos./

17Esto fue (y no fue poco) lo que en la realidad caiò del material edificio, que cubria el corazon del Santo Templo, y en donde hizo mayor estrago la ruina (quedando con claridad dando muestra, de que le han llegado al corazon à Dios nuestras ingratitudes) aunque ahora se han
cubierto de paja, como la precission ha dado tiempo, para poder tolerar las inclemencias de las aguas, que con aselerados pasos se nos entraron, para darnos con sus continuas lluvias, harto en que entender./

18Esto fue lo en gran medida desteriorado; lo restante de la Iglesia, esto es, las Capillas contiguas la de el Santo Sagrario, &c.; estân, aunque bien sentidas, no del todo inhabitables. Por la otra cabezera, está la lucidisissima, quanto costocissima capilla, de la Milagrocissima Ymagen de N[ues]tra. S[eño]ra. con el titulo del Socorro; aquella Madre que en nuestros ma-
iores conflitos, es siempre nuestro refugio; y con mayor propriedad ahora, pues en su sagrada capilla, por ser bien capaz, y estar illessa, se suple la S[an]ta. Iglesia, y los Divinos oficios, y en otro lindero á ella adnexo donde està el Altar del Santo Christo de los Reyes, exercita este Uenerabilissimo Cabildo, sus continuas tareas, en donde, como Canôros Cysnes alternan (à imitacion de los alados Espiritus) en concertado Choro, trinadas alabanzas al Criador. El frontispicio de la Iglesia; como son Campanarios, y Portada, con su notorio sentimiento, mudamente nos dicen, que su intencion, es acabar con la vida; aunque lo mas dañado de de [sic] la cima de la portada, se echô abajo, dandole gusto en concederle lo que tanto deseaba. Y no puedo passar en blanco lo que muchos han adver-//

19[fol. 5]

20tido, y es, que al horrendo estallido, ô commocion de las bovedas internas del Templo, desampararon sus sepulchros muchos cadaveres (ô que terror) quiza pensando que era llegado ya el dia final del Mundo. Pues si este efecto causò el temblor en aquellos aridos, y elados huessos, que en los que tan â lo vivo los experimentamos? O! y no permita la Divina Magestad, que imitemos los vivos, â estos hyertos simulacros! antes si, si ellos por agenas manos fueron llevados, â su funesta mancion, nosotros por nuestro pie corramos presurosos al Jordan de la penitencia, para que alli con pura intencion, limpios de las embejecidas culpas, nos remosemos, como quien comienza à vivir oy de nuevo, previniendonos cautos en el camino de la vida, para llegar seguros â la clara havitacion de la triumphante Jerusalen. Y entre tanto haziendo yo alto, repitirè esta Octava./

21De esse Pantheon Sagrado, en cuyo Templo/
se juzgavan de molde las medidas:/
admirando el estrago, fiel contemplo,/
que si han sido sus Torres demolidas;/
es por querer prudente dar exemplo/
á nustras [sic] cabezas, que desvanecidas/
conozcan de su polvo la inconstancia/
y con el Nosce te ipsum, arrojen su ignorancia./

22En el Templo, y Convento, del Estrellado Firmamento del Patriarcha Santo Domingo, tiene mucho, que admirar vna Christiana consideracion; porque con ser tan constante su Torre, y las demás piezas de tanta magnitud, en cuyo adorno han gastado, sus legitimos Hijos el thesoro, que se infiere, à primor, y hermosura, que en si encierra: no cayò cosa notable, y buelvo à decir, que hay mucho, que admirar; porque quien verà esse Simborrio, tan cruelmente herido,
por todas partes, y que se mantuviesse: que no convide con David â todas las Criaturas, del Cielo, y la Tierra, à alavar â su Criador, por su indecible misericordia? Pero con justa causa se detuvo; pues se manifestaba alli Dios, mas claramente, con estar patente, en las Aras, el
Augustissimo Sacramento del Altar, por la dicha, que (aunque, indignos) logramos los Goathimaltecos, del Santo Jubileo Circular; si bien despues se ha determinado, derrivar lo arruinado, para repararlo, como mejor se pueda, y en interin vayan estas
Redondillas://

23[fol.6]

24Domingo, si la eminencia/
de tu Templo, no cayô/
fue por que la sustentô/
el gran Dios con su presencia./
Ten siempre defensa tal/
para sus sobervios muros,/
que assi tus Hijos seguros/
vivirân, de tanto mal./
Supuesto, que aunque hayga daños,/
que reparar con desvelo;/
si huviera vajado al suelo/
no subiera, en pocos años./

25La Iglesia del Seraphin humano Nuestro Padre San Francisco, solo sirve su Espectaculo, de oprimir, los corazones mas ensanchados: por que, que importa, que esté parada? si del pulpito, al arco del choro, lastima tanto, la lastima, que ocassionô el fracaso; que solo el llanto puede ser Eloquente Rhetorico, que con vivas demostraciones dê â conoscer; à aquella desfigurada Uelleza? Y lo mismo, y aun mas, experimentaron en sus Celdas, sus Colendissimos Hijos, quienes temerosos, como Hombres, las han dexado, trasladandose á otras menos arriesgadas, por el peligro, que se admira de las otras, en sus desencajadas piezas, y por no importunar à su modestia, concluyo diciendo./

26Mucho peligro amenasa,/
vuestro Cielo Seraphines/
pues viendo; lo que Serâ/
por el Fin, temblando gime./
Llagas tantas, quantas vocas,/
en sus heridas resiste,/
aunque ocultarlas pretenda;/
su dolor no lo permite./
Yo bien sè, que diera en tierra/
por ser de Hijos tan humildes;/
pero con amor constante,/
tolerando se reprime./
Y pues, que no falleciò/
en este lance terrible:/
cred, que Uestro Santo Padre/
de pie con vosotros vive./

27El Collegio de essos Apostolicos Ministros, y Luzes del Mundo, el segundo Convento de Francisco, de Propaganda fide, de Missioneros de Christo Crucificado: es vna Imagen, en que mientras mas se esparce la vista, mas se multiplican los horrores, atendiendo á aquel desquadernado Libro; en que se assentaron, con letras de tantos Materiales nombres de tantos piadosos Uarones, quantos concurrieron, â su redificacion [sic], despues, de aquella otra tragedia, que vieron mis antecesso-//

28[fol. 7]

29res, en el año de 17. viendo aquél hermoso Templo; sin Campanas, pues cayendo, del susto quedaron atonitas, sin lenguas, para siquiera con clamores explicar, lo que palparon; sin Choro para orar los Reverendos PP. sin Iglesia para los Divinos Oficios; pues del todo por su aspero Seño, se ha hecho intratable, y por vltimo, ni âun Casa, en que morar, pues quedò tal, que aunque tenga, algunas piezas buenas, tienen estas tan malas Compañias, que se teme, que con su escandalo las perviertan. O incomprehensibles juizios del Altissimo! que en sus escojidos descargara, con mas rigor, el brazo de su Justicia? Pero quedese el percibirlo, allà para su increada Sabiduria; que à mi me lleva la atencion, aquel Siervo suyo Religioso donado, que estando (como fue notorio) esperando en el Choro el toque del Relox, para llamar à la Communidad: interin daba la hora, rezô el Santo Rosario, el que acavado, notando, que aun tardaba la campanada, prosiguio en otras devociones, à las que no dio fin: por que viniendo el Terremoto, saliô el huyendo, á su parescer, para el Claustro; pero se engañô; por que en vez de inclinarse â salvamento, cojiô para la puerta de la escalera del Campanario, por la que queriendo subir (por que ya no le ofrecia otro paso el despedasado Choro) no pudo, por ser ya todo caydo, y assi se mantuvo, el venturoso Religioso, entre el caracol (entonces Donado de Maria, por su Zelosa devocion) hasta, que por dentro las mismas ruynas, con escala supuesta descendió, no sin mucha admiracion, de los que le juzgaban sepultado juntamente con las Campanas; las congojas, que alli pasô El las contarâ, como mas immediato testigo./

30Con la mexor Comodidad, que el tiempo y sitio han ofrêcido, formaron, los Padres, su Iglesia en la Sacristia, y en otra pieza interior, el Choro, por ser de las mexores, que por la piedad Divina les quedaron sanas, y por â hora [sic] solo se entiende en dessocupar la Iglesia de Retablos, y del mayor, que comenzado à dorar, quedó fustrado [sic] el deceo de tanto devoto, y particularmente de quien todos saben, á quien por Cabeza, de tan respectuoso Cuerpo consagro estos

31ACHROSTICOS://

32[fol.8]

33Reprimid de los ojos/
Esos raudales/
Conteniendo el solloso/
O Santos Padres:/
Levantad el Espiritu,/
En este trance/
Contemplando de Dios/
Tantas piedades:/
Incomprehensibles juicios, que á los hombres,/
Ocultos los admira todo el Orbe./
Recordar de las glorias lo passado;/
Es abrirle la puerta al sentimiento/
Con que veloz cresciendo, es su tormento/
Ocassion, que conduce à mas cuidado/
Llega nuestra aflicion à triste estado/
Engolfandose al mar, donde sosobra/
Con que el prudente juizio (pues os sobra)/
Tome el cierto camino para el Puerto,/
Impetrando de Dios para el acierto,/
Operarios devotos para la Obra./

34La Yglesia del Doctor de los Doctores, Lumbrera mayor, y Aguila Caudalosa de la Yglesia, el Gran Padre San Augustin, es vn lastimoso Objeto, en que con gran furia se cevô el Terremoto, y demoliendolo de suerte, que de toda ella no quedó abitable, aun la menor pieza; y aunque es cierto, que no cayó de ella cosa notable; esso mismo dà motivo â mas temor, por el riesgo, que denota, (segun està desquiciada) si llega á precipitarse si bien es verdad, que ya la industria de algunos practicos ha ideado el destruirla, con el mejor arbitrio, que ha podido, para escusar el mayor daño. Del Convento, aunque no cayeron, sino fueron dos Claustros; con todo los otros dos, que quedaron, estan como si huvieran faltado, pues no se pueden ocupar sin mucho riesgo; no obstante esto, en el lienzo vajo, del mas pasable, se suple, con harta incomodidad, la Iglesia, y Choro; los Reverendos Padres se han acomodado, con el tiempo, viviendo juntos, en dos Celdas vajas, que les quedaron, menos malas. Dios por su infinita misericordia provea, lo mas oportuno â tanta miseria, la que no me detengo en explicar; por que à todos es manifiesta, y assi quexandome, de los rigores, de la fortuna diré este/
SONETO//

35[fol. 9]
Fortuna adversa, quando pararás/
de tus Exes la Rueda sujetando?/
Si victoria consigues, ya triumphando,/
que pretendes hacer? á donde vas?/
Si vencer es tu intento di que mas/
anhelas alcansar, de quien luchando,/
por tierra entre tus brasos sosobrando/
Rendido se te ofrece, con la paz?/
Mas si siempre la vida es cruda guerra/
mientras el suelo ocupa el ser humano;/
poco me admira ver, que tu en la Tierra/
tus armas muestres: si te dá la mano,/
esta traidora, que en su seno encierra,/
fuego tan cruel, ô viento tan tirano./

36Por tanto; en esta ocassion muestrese el afecto piadoso concurriendo con ardoroso zelo, á la precissa redificacion de tan santa obra, para que assi salga nuestro deceo vencedor de la fortuna: y assi por modo convocatorio và esta Decima/

37Si las Voces siempre explican/
del Concepto la intencion;/
las Obras con mas razon,/
los affectos testifican:/
Claro se verà si aplican;/
en tiempo, tan indigente;/
el Indicativo ardiente,/
de su amor; que yo asseguro,/
que lograrán de futuro/
el Galardon del Presente./

38La Mariana familia, de esta Santa Provincia, de Nuestra Señora de las Mercedes, padesció notable ruina; por que, aun sin temblor podía haver caydo su Iglesia: cauza por que con prudente acuerdo se trataba antes de destruirla para liberarse de los sustos que en sus mal
halladas piezas insignuaba; y assi en la mitad, que paresciô menos dañada, se formó la Iglesia, interin se construia, lo principal, que con muchos augmentos ostenta (aun en la Cuna) lo que serà en cresciendo; Pero ó dolor! aqui era mejor callando dejarlo, para no transitar por pielago de tantas amarguras; mas, á pesar de mi sentir, proseguiré diciendo, que el vistosissimo throno, que en el arco principal suponia por Altar mayor; cayó de suerte vajo de los toscos terrones: que//

39[fol. 10]

40es impossible juntar una pieza, con su compañera; y ojalâ en esto solo parara, pero pasô mas allà la irreverencia, de la tierra (no digo bien) se extendiò à mas la audacia de nuestros pecados, à que? A vltraxar, y pisar con sus immundos pies, á la Madre del Soberano, á Maria Santissima de las Mercedes, la que entregô no menos, que su Sagrada cabeza, al cruelissimo Martirio, de tantas piedras por añadir â sus blazones de Redemptora, este otro glorioso Timbre; Pero no quedô solo en esto: Pues en que mas? O Santo Dios! aqui retirandose medrosas las palabras remiten al llanto sus vezes: pues que ha sucedido? Que? La Magestad increada de los Cielos, estâ sepultada en la nada de la tierra, El Author de todo lo criado, sujeto â la estrechissima, y lóbrega masmorra de tantos fracmentos: Assi fue; por que la Custodia del Tabernaculo Superior, y el Uaso de la caja del deposito, cayeron, tan embueltas entre el Throno, y piedras, que con harta dificultad, se pudieron desentrañar, de aquel cuerpo de terrones. Aqui fueron las copiosissimas y amargas lagrimas de los fidelissimos Hijos de Maria; Aqui la compassiva lastima, de tantos devotos Christianos; Alli los lastimados hayes de tanta piadosa Matrona, al vêr al Omnipotente Dios tan ajado entre las piedras al contemplar, al Iman de nuestros affectos, su Santissima Madre de aquella suerte maltratada; pero permitiò Dios, que aunque el Sagrado Uaso, y Custodia se desarmaron; con todo, las Sacras hostias se mantuvieron dentro, que por el contrario llorara Goathemala su mayor infelicidad. De lo adnexo á la Iglesia, como son Capillas, como la de la Sacratissima [sic] Imagen de Jesus Nazareno; nada cayò: por que (Ecce Miraculum) alli estaban celebrando dos Sacerdotes, el incruento Sacrificio de la Missa, y quiso la Divina Magestad, que essemptos escaparan: incomparable quilate, de la fineza de su benignidad! Ahora tienen los Reverendos PP. su Iglesia en la Sachristia, havie