Boletín 33 del 2007-12-04
Tejer la historia con palabras: Chiapas, desde el levantamiento del EZLN a La otra campaña...
Cuando Michel de Certeau ( L’écriture de l’histoire , Paris, 1975, pp. 70-71) recordaba a Chaplin disfrazado de Peregrino saltando de un lado a otro de la frontera estadounidensemexicana, una y otra vez rechazado por ambos países y cuyo desplazamiento lindante acababa dibujando una línea dialéctica de ruptura y contacto, el pensador francés evidenciaba este movimiento doble, a raíz de la perspectiva histórica. Las idas y vueltas del historiador entre su red de interrogaciones, sus valores, su presente y un pasado, a la vez espacio y tiempo de la otredad, marcan la coincidencia de una voluntad de comprensión y explicación científica con un afán de encuentro.
Según la acepción de Paul Ricoeur, el historiador va hacia los hombres del pasado con su propia experiencia humana cambiando la subjetividad en uno de los elementos del juego hermeneútico. Una de las manifestaciones de esta subjetividad radica en la escritura, en la “mise-en-intrigue” de los acontecimientos y valores históricos cuando la poïesis permite tejer la Historia. Si entonces la Historia, inevitablemente, construye su propio sentido por la escritura, la literatura, a veces, como en un espejo memorial, se nutre de la Historia…
Aunque el discurso neozapatista no pueda ni deba leerse como el relato de un historiador, asomarse a su ventana es favorecer la emergencia de valores, descubrir sus vínculos con la Historia hegemónica, inscribirse en un movimiento exegético del silenciamiento y de la marginación, ir en fin hacia una teoría de la interpretación de los signos como elementos simbólicos de una cultura, de una memoria o contramemoria.
Detener pues la mirada en los Documentos y Comunicados del Ezln es en sí emprender un viaje, y no hay posibilidad de recorrer sin mirar. Horizonte, en tanto que Revolución, Futuro o Pasado, será siempre un concepto que linda con amplitud, sueño, aventura. Con la elaboración de una escritura nómada, el Ezln conecta la búsqueda temeraria del lector viajero con su propio deseo de mezclar tierra, cielos y tinta. Dilatando el espacio textual hasta sus límites o incluso más allá, la narrativa neozapatista le devuelve al lenguaje una dimensión memorial que opera esencialmente por la hibridación y el transporte metafórico. Entre memoria, desmemoria y contramemoria, el discurso del Ezln echa las bases de otra escritura de la historia. Frente a esas huellas distintas, puede resultar útil reflexionar con más cuidado respecto del poder de la narrativa en la construcción de la memoria nacional. En este número, intentaremos evidenciar el nomadismo de una lengua que, inventándose por desviaciones históricas, geográficas y lingüísticas, va diseñando otra identidad a medida que absorbe otredad. Entre ética política y problemática étnica, ¿ a qué construcción de la “mexicanidad” nos expone el discurso neozapatista ?
Presentamos hoy tres textos cuyos autores pertenecen a campos de investigación distintos –análisis del discurso por una parte y estudios literarios por otra parte – pero que pueden leerse con mayor interés abriéndose los unos y los otros a un intercambio de perspectiva.
Enfocando las estrategias comunicativas de las organizaciones de derechos humanos en el conflicto de Chiapas, la contribución de Tanius Karam desarrolla un análisis fino de la realidad mexicana a partir del tríptico problemático comunicación – compromisión política – sociedad pluricultural.
Si bien la sociedad civil es “la base de sustentación de cualquier proyecto alternativo al juego de poder de grupo”, el conflicto de Chiapas ha contribuido a la creación de nuevas mediaciones sociales y al fortalecimiento de una voz ciudadana nutrida por una conciencia de su historicidad y vinculada, a nivel ético, con la demanda de democracia. Las organizaciones civiles desempeñan un papel decisivo en la conformación de una nueva identidad social involucrada en cambios en y por la acción colectiva (en sus mútiples dimensiones sociales, culturales y tecnológicas) así como en la elaboración de respuestas “a la incapacidad del gobierno para responder eficientemente a la compleja gama de funciones que le corresponde”.
Tras haber recorrido el camino que llevó a la emergencia de las organizaciones civiles de derechos humanos en México, proponiéndonos allí un panorama histórico de los movimientos sociales mexicanos que permite entender la historia de la participación de la sociedad civil en la vida pública, Tanius Karam se interesa por las organizaciones civiles de derechos humanos en Chiapas ( Centro de Derechos Humanos “Bartolomé de Las Casas “, Coordinadora Nacional de ONG’s por la Paz, Red de Organismos Civiles de Derechos Humanos, “Todos los Derechos para Todos “) y sus medios de comunicación. Indaga entonces sobre los nexos entre la movilización de la sociedad civil (nacional e internacional) y las demandas del EZLN, analizando en particular, desde el espacio autónomo de las organizaciones civiles y de derechos humanos, “el papel de interlocución entre instancias locales y comunidad internacional”. Enfoca particularmente la pertinencia de una “organización red” asi como el aporte de internet cuyo carácter informativo planetario, permanente, inmediato e inmaterial consigue desplazar las fronteras mucho más allá de las problemáticas locales. La internacionalización del conflicto chiapaneco y la presencia zapatista en el ciberespacio forman parte de esta nueva acepción de una globalización “extendida al campo de la solidaridad y de los derechos humanos”.
Entre discurso y acción alternativos de una sociedad civil organizada y susceptible de impulsar o lograr cambios meramente políticos y discurso insurgente del EZLN, las palabras constituyen el medio por el cual se elabora otra realidad.
Recordando en cierto modo el análisis de Jacques Rancières: « El hombre es un animal político porque es un animal literario, que se deja desviar de su destino “natural” por el poder de las palabras” ( Le partage du sensible, esthétique et politique , Paris, 2000, p. 63.), los dos estudios críticos de Kristine Vanden Berghe y Óscar García, realizados desde otra perspectiva, literaria esta vez, consiguen desentrañar el alcance político de cierta rebeldía de la poïesis.
Al remitir a la intertextualidad en la narrativa de Marcos (enfocando más especialmente las producciones literarias publicadas entre 1994 y 1999), el artículo de Kristine Vanden Berghe reanuda con otra historia: la de la literatura. Su propósito radica en un estudio contextualizado de la porosidad de la lengua del guerrillero frente a cierta tradición utópica encarnada en numerosos comunicados por la figura de Don Quijote. Si bien recuerda primero que el recurso al anti-héroe cervantino no es cosa nueva en la literatura política mexicana, indaga aquí sobre la construcción del narrador y los personajes inspirados por el universo del caballero andante en una narrativa subversiva dedicada a “cambiar el rumbo de la historia”. A partir de la identificación de procedimientos literarios tales como la parodia y los pastiches de la novela de cabellería que estructuran la elaboración textual, va tejiendo la crítica un análisis que aclara la dimensión polifacética de una prosa que jamás se aleja de su meta política, en la coincidencia muchas veces lograda de “armas y letras”.
La autora hace hincapié en la figura de Don Durito, el escarabajo parlante compañero de Marcos, máscara literaria de un guerrillero ante todo “traductor subordinado a los indígenas”. La riqueza inventiva, la locura y la sabiduría del Quijote irradia el protagonismo ecléctico de Durito que acarrea, a lo largo de los textos, una multiplicación de las identidades y de los espejos simbólicos por el ondeamiento de una lengua polisémica, foco de cruces y encuentros, de “pedagogía” y “entretenimiento”. Allí, el subcomandante Marcos se disfraza de Sancho; allí Durito expone el parentesco que reúne a Marcos y Cervantes; allí aparecen las huellas de una “irrelevancia autorial”; allí suena la voz de un anti-héroe capaz de “desmitificar el mesianismo de una cultura de la resistencia solemne, austera, dogmática y llanto de víctima”.
En fin, en un movimiento crítico parecido, el estudio de Óscar García enfoca la dimensión metáforica de una lengua que se nutre de la realidad histórica (realidad comprendida entre finales de 2002 y agosto de 2003) y que desplaza el sentido mediante la innovación poética.
Analizando la naturaleza “tensional” de la metáfora desde una perspectiva teórica que abarca tanto los análisis de la hermenéutica de Paul Ricœur como los de la lingüística cognitiva de Lakoff y Johnson, el autor pone de realce la creación de un espacio político autónomo (como lo son los emblemáticos Caracoles zapatistas) desde el propio territorio textual.
Al desplegarse contra la “clausura semántica”, volcando las categorías de pensamiento preexistentes, el uso del transporte poético consigue dar a luz significados distintos y sobre todo abiertos a nuevas articulaciones que siguen deshaciendo la lógica del Poder al poner a prueba la praxis y el imaginario social.
Esta producción crítica investiga la creación semántica vigente en los comunicados de Marcos a través de cuatro ejes problemáticos particulares – “revolución y rebeldía”, “elección y cambio”, “poder y rebeldía” así como “cambio social” – empeñándose en demostrar que la metáfora contribuye a desarrollar y profundizar la autonomía del movimiento rebelde en un sentido a la vez opuesto a la clase política y abierto a la sociedad civil.
A partir del estudio de la materia verbal neozapatista, Óscar García revela la potencia semántica de la metáfora, ya no entendida como sola señal formal sino como medio político capaz de “impulsar la reorientación estratégica” de la palabra hacia las orillas del cambio social.
En el marco de este boletín y valiéndonos de estos tres aportes críticos, intentaremos, humildemente, ampliar la percepción del México de hoy, es decir de una sociedad mexicana en sus vínculos múltiples con lo político y lo poético nacido en las palabras insurgentes. Tanto en la disidencia de cierto tipo de organizaciones civiles frente a las “carencias” del Poder, como en la disonancia de un discurso guerrillero que escapa de los modelos tradicionales latinoamericanos, coincide el deseo de apropiarse del mundo para hacerlo mejor.
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